Matamoros Tams.- Jalando sus carritos repletos de comida, ropa, juguetes y libros todos los días los integrantes del "Team Brownsville" cruzan el Puente Internacional para llegar a Matamoros, en Tamaulipas, a fin de tenderla mano y brindar ayuda a los hermanos migrantes.
Fundada hace exactamente un año, en julio del año 2018, esta agrupación surgió de un pequeño grupo de voluntarios que notaron el creciente drama que se vivía en el lado sur del río Bravo, ante la llegada de migrantes de diversas partes del mundo.
"Comenzamos con diez personas y ahora tenemos más de ciento treinta en esta situación que todos los días les ayudamos" dijo Sergio Córdova, integrante del equipo en entrevista con El Sol de México.
Su sede se localiza en el No. 755 del Bulevar Internacional de Brownsville, desde donde salen caminando mañana y noche hasta llegar al llamado Puente Nuevo, cruzan al lado mexicano para instalarse en la placita donde los esperan decenas de personas que guardan por una respuesta de asilo humanitario de Estados Unidos.
Los primeros en la fila siempre son los niños, quienes se remolinan para obtener la comida que les ofrecen, con la promesa que después de alimentarse les darán dulces, juguetes o un libro.
El Team está integrado por altruistas americanos que actúan "con dinero de nuestras bolsas, se va haciendo esto más grande ya tenemos más voluntarios que vienen y cada quien pone, uno compra los frijoles, otro el arroz, y nos turnamos para poder traer la ayuda".
Su misión se ha multiplicado al igual que las necesidades de familias e individuos que buscan ser recibidos en la tierra gobernada por Donald Trump, aplicando a la fecha tres programas: "Desayunos en el puente", "Cenas en el puente" y "Asistencia legal".
Apenas llegan son rodeados de guatemaltecos, beliceños, salvadoreños, nicaraguenses, cubanos, venezolanos e incluso africanos que saben que en ellos encontrarán un poco de comida para soportar las jornadas de espera.
Especialistas en derecho migratorio brindan asesoría legal para saber la manera que tienen que actuar en el momento que sean llamados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El médico Neil Haidorfer acudió por primera ocasión a la frontera mexicana y no daba crédito a lo que veía "estoy aquí simplemente para aprender lo que está pasando, platicar con la gente y entender lo que esta pasando y versi podemos ofrecer un tipo de ayuda a las personas que están viviendo en estas condiciones, darles apoyo"
El residente de Harlingen calificó la situación como “muy grave, muy triste, no estoy preparado para ver algo así, hay niños andando y se ve como una situación bien peligrosa para un niño de dos años o algunos meses".
Los menores conviven con insectos, el sol y el riesgo de enfermedades por el calor, pero no dejan de jugar, "hay mucha necesidad, las personas que están viviendo en Harlinger pueden venir acá para ver y entender lo que esta pasando, traer cosas y ayudar con agua o comida".
El Team Brownsville les advierten a los migrantes que aún cuando sean convocados para comenzar el proceso de asilo queda un largo camino de espera, por lo que deben estar preparado para cualquier adversidad que les depara tierras americanas.
ALIMENTAN LA IMAGINACIÓN.
El alimento no solo les llega en forma de comida, sino también en libros de historias para nutrir el alma y la imaginación de los niños que han convertido estos sitios de refugio en sus campos de juego.
Melba Salazar Lucio, profesora de inglés, literatura y escritura en el Texas Southmost College es la encargada de llevar las obras "me pongo en el lugar que fueran mis nietos, les traigo libros, los de hoy son en inglés pero les traigo también en español".
Las aproximadamente 300 piezas las obtiene de donaciones del llamado Grupo Reforma de California "queme mandan, son librarians -bibliotecarios- que se retiraron y ayudan a los niño en crisis".
Apenas toca el tema de los niños y los ojos se le llenan de lagrimas haciendo un llamado a los norteamericanos que se niegan a flexibilizar las normas migratorias a acudir a la frontera "tienen que ver en los ojos de los bebés y van a cambiar, tienen que venir, los invitamos, cruzamos todos los días -para dar- almuerzo y comida".
La profesora lleva además muñecos de felpa que son elaborados por su madre "es muy importante que no solo se dé comida del cuerpo, sino también en la mente y distraerse de lo que esta pasando que es una cosa muy tremenda. La gente que no lo mira, no les da de comer, no pueden cambiar, -esto no es- nada de política, ni de religión, esto es ser humano".