Restauranteros del poblado La Cortadura, en el municipio de Pánuco, han tenido que buscar diversas estrategias para continuar vendiendo sus productos a base de pescados y mariscos para sobrevivir, esto pese a la crisis generada por el Covid-19 y una carretera que se ha mantenido inconclusa por más de 20 años.
Reyna Nava Hernández, propietaria del local “2 Hermanos”, mencionó que ha sido demasiado complicado mantener las puertas abiertas de los comercios durante la contingencia sanitaria del coronavirus, por el poco capital circulante.
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Por un lado tienen la necesidad de vender productos elaborados de marisco a bajo costo, mientras acatan las medidas de bioseguridad supervisadas por el personal de la Comisión Estatal Contra Riesgos Sanitarios (Coepris), para evitar posibles contagios, lo que les representa un gasto extra.
Covid-19 se sumó a los retos de los vendedores de pescados y mariscos
Esto ha provocado que muchos de los propietarios de los pequeños comercios y restaurantes del poblado de La Cortadura lleguen a pensar en cerrar sus puertas de manera definitiva, mientras que otros luchan día a día para evitar esta difícil situación.
"Durante las vacaciones vendimos muy bien, aunque ahora ya bajaron las ventas, sin embargo, continuamos haciendo todo lo necesario para que nuestros clientes queden satisfechos con los productos que consumen", dijo.
La comerciante agregó que entre los factores que les afectan se encuentra la obra inconclusa de la carretera federal Tampico- Valles, la cual presuntamente traería un nuevo aire de modernidad a la zona y por consiguiente un incremento en sus ventas, lo que por 20 años han esperado.
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Por el mal estado de la Tampico-Valles, automovilistas prefieren no detenerse
En la actualidad es todo lo contrario a lo prometido, ya que los automovilistas prefieren pasar de largo por el deplorable estado en que se encuentra el acceso a esta zona, representando que sus ventas cayeran de manera abrupta y por consiguiente el riesgo de cerrar los comercios se agudice.
Nava Hernández destacó que se está contrarrestando esta problemática con el apoyo de la Cooperativa de la Laguna de Chila, quienes les venden productos frescos de los caudales de la zona, mismos que son comercializados a los clientes que los continúan prefiriendo.
"Son productos frescos de la cooperativa, mismos que con frecuencia nos fían para que nuestros clientes los consuman y posteriormente los pagamos, esto ha permitido que no tengamos que cerrar a falta de dinero", dijo.
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Mientras tanto los comerciantes de alimentos a base de mariscos del poblado de La Cortadura tienen que continuar buscando estrategias para seguir vendiendo a pesar de la crisis económica que ha dejado el Covid-19 y de la carretera Tampico-Valles, una obra inconclusa que lleva así más de 20 años.