Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena que tiene como objetivo reconocerlas por su lucha, supervivencia y hacer de su cultura una esencia de respeto, sin embargo, las que arriban a Tampico en su mayoría de la huasteca de Veracruz o San Luis Potosí, llegan sin ningún apoyo y son objeto de discriminación.
En la región del sur de Tamaulipas no existen agrupaciones que apoyen o que promuevan el trabajo de la mujer huasteca, como si ocurre en zonas como Oaxaca y Chiapas.
A pesar de que la mujer indígena juega un rol fundamental en sus familias y comunidad, en el ámbito cultural y económico, enfrentan una discriminación triple, primero por su género, después por su pobreza y por su condición racial.
Por este motivo hace ocho años la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Foro Internacional de Mujeres Indígenas unieron sus fuerzas para fundar un programa de desarrollo de capacidades, que tiene como objetivo empoderar a mujeres líderes indígenas y activistas para que se conviertan en actores de incidencia de los derechos humanos, la seguridad alimentaria y la nutrición.
Llegan a Tampico mujeres indígenas de Veracruz y San Luis Potosí
Debido a su cercanía con comunidades rurales de Veracruz y San Luis Potosí, en Tampico se observan muchas mujeres indígenas, con sus indumentarias típicas, en las principales avenidas, afuera de centros comerciales y en los mercados rodantes.
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Ahí venden sus productos, piden caridad o buscan ganarse unas monedas con malabares, exponiéndose ellas y sus hijos a riesgos de accidentes.
Juana, una indígena que llegó en busca de una mejor vida a Tampico
Juana López, es una mujer indígena originaria de Tantoyuca, Veracruz, que llegó con dos niñas menores a Tampico donde vende nopales, limones, calabaza con elote, chiles y alguna otra artesanía que borda.
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Se ubica afuera de una tienda de autoservicio en espera que la gente le compre los productos que trae directamente desde su pueblito, en ocasiones, si le va bien, pues logra ganar 200 pesos.
A su paso se ha encontrado gente bondadosa que le da comida o alguna golosina para sus hijas, pero también ha sufrido el rechazo por su condición indígena y de mujer.
Ella es solo un ejemplo de muchas mujeres que vienen a Tampico, Madero o Altamira en busca de ganarse el sustento diario, sin que nadie las apoye, quedando “a la buena de Dios”, como dice Juana.
Las comunidades indígenas las más discriminadas
Las comunidades indígenas son las más excluidas y discriminadas de México, las cuales se concentran mayormente en estados como Oaxaca, Chiapas, Estado de México, Puebla, Yucatán, Guerrero, Veracruz e Hidalgo.
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En estas entidades los índices de pobreza son de los más altos, por eso sus comunidades emigran a ciudades donde piensan que vivirán mejor, sin imaginar que esto también será un “calvario”, por las situaciones tan tristes que tienen que afrontar en su día a día.
En la región es incipiente el apoyo a las mujeres indígenas, únicamente algunas asociaciones culturales como Tamoanchan brindan el apoyo, mientras que de la parte oficial no hay un esquema o presupuesto para impulsarlos.