Carlos es el nombre de uno de los dos migrantes que la tarde de este jueves 21 de diciembre murieron ahogados en el río Bravo intentando llegar a Estados Unidos y cumplir el sueño americano, que, como ocurrió en este caso, no todos alcanzan.
Un grupo de personas, integradas por haitianos y venezolanos se aventuraron a cruzar este afluente en una zona fangosa cubierta de lirio y basura, su objetivo era llegar al territorio norteamericano y entregarse a las autoridades migratorias.
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Al avanzar en medio del río, las personas en migración se quedaron atoradas en el fango, lo que generó la alarma entre los centroamericanos que viven en el campamento improvisado del lado mexicano.
Algunos lograron salir, mientras que otros apoyaron para rescatar a niños que por algún momento quedaron atrapados.
“Es demasiado difícil, que no vengan”, era el grito de los familiares de las personas que se ahogaron.
Este hecho ocurrió a la altura de la Cruz del Migrante, un sitio elegido justo para recordar a las personas que perdieron la vida en este sitio.
Desde el otro lado de la alambrada, oficiales migratorios de Estados Unidos observaban esta dramática imagen en la que la esposa de Carlos gritaba desesperada con la ropa mojada y sucia por el lodo.
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Pese a la tragedia y ante la existencia de alguna autoridad que los frene, mujeres, hombres y niños continuaron cruzando por este mismo lugar.
Migrantes les piden esperar ante los riesgos
El hondureño, Marco Castro, quien lleva cuatro meses y 20 días en el albergue Senda de Vida I en el municipio de Reynosa, indicó que llevan todo ese tiempo esperando respuesta de la aplicación CBP One, implementada por el gobierno de Joe Biden para dar paso legal a las personas en condición migrante.
“Estamos aquí aguantando a esperar que nos llegue -la cita-, porque no queremos pasar ilegalmente a Estados Unidos, sabemos que por medio de esta cita uno lleva otros beneficios y no va tan ilegal, va pidiendo ganar un asilo para al pasar allá pagar un abogado”, declaró.
Señaló que ante la Ley SB4 presentada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, la situación se complica aún más.
“Estamos viendo que aquí en el estado de Texas se implementó una nueva ley, para mi esta malo, porque de repente muchos venimos con una mentalidad diferente de entrar a ese país”, detalló.
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Ismael Antonio Garcia Carranquiel, venezolano de 29 años, quien lleva más de un mes con su familia -esposa, dos hijos, suegro, suegra y cuñado- esperando la cita de CBP One recomendó a quienes siguen en tránsito rumbo al norte que no crucen de forma ilegal.
“Que lleguen y que sí quieren ponerse a trabajar aquí en cualquier parte de la frontera que lo hagan para que entren legalmente a Estados Unidos, porque si entran ilegalmente los meten preso, eso es perjudicarlos a ellos”, apuntó.
Pese a las solicitudes de activistas quienes han suplicado a los migrantes no cruzar el Río Bravo, estas personas hacen caso omiso y ocurren tragedias como esta donde dos hombres murieron ahogados.