Después de haber sido el hogar de hasta 2 mil 500 personas, actualmente en el campamento migrante de Matamoros quedan 70 centroamericanos esperando con ansiedad ser llamados para cruzar a Estados Unidos.
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A una semana de que el primer grupo de 27 migrantes fuera trasladado a Estados Unidos para desde este país resolver su solicitud de asilo humanitario asentado dentro del Protocolo de Atención al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), este lugar es sólo habitado por estas 70 personas que decidieron contarse para pedir que no los olviden.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que junto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) ha coordinado el traslado de los migrantes, hasta el medio día de este jueves, 48 centroamericanos fueron movilizados hacia Estados Unidos.
Mientras que el predio de la Ciudad Migrante es vigilado por elementos de la Guardia Nacional, para evitar que se ocupe de nueva cuenta.
Entre las personas que aún no han sido convocadas para cruzar se encuentra la guatemalteca, Aura Cruz, mujer de más de 60 años, quien se hace responsable de su pequeña nieta y que el año pasado perdió a su nieto Edwin Rodrigo al ahogarse en el Río Bravo.
“El río estaba ahí, no sé más, él le tenía miedo al agua, en su mente no estaba cruzarse al otro lado era el sueño de él, yo lo voy a cumplir, hay tantos recuerdos”, declaró a El Sol de Tampico.
“El falleció en Matamoros aquí en el Rio Bravo, mi hijo al otro día también en Guatemala estábamos identificando a Rodrigo cuando me dicen que mi hijo muere en Guatemala”, añadió.