Hoy en México se celebra el Día de las Madres, uno de los festejos más emotivos en el país, pero para quienes son mamás migrantes el día representa solo recuerdos, muchas veces dolorosos.
Aunque en muchos países de donde provienen el Día de las Madres no es precisamente el 10 de mayo, el espíritu festivo que priva alcanza a las madres extranjeras a quienes les recuerda a los hijos que dejaron en su país o a los que llevan con ellas sin aún poder alcanzar el sueño americano.
En los albergues Senda de Vida I y II de Reynosa se encuentran más de 800 madres, en su mayoría haitianas, pero en el exterior de los refugios la cifra en mucho mayor.
“Es un día en la que nos pasamos tristes porque estamos lejos de nuestros familiares, extraño a mi hija que dejé con mis padres en Honduras”, comentó Elizabeth Ramírez con la voz entre cortada.
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En Honduras el Día de las Madres se celebra el segundo domingo de mayo, es decir que este año correspondería hasta el domingo 14.
“Estamos organizándonos para ver que hacemos y festejar, convivir un rato aquí entre nosotros”, dijo Mabel, proveniente de El Salvador, país en que el Día de las Madres si es el 10 de mayo, al igual que en Belice, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Guatemala, India, Malasia, Omán, Pakistán y Singapur.
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Convivir es una motivación
Héctor Joaquín Silva de Luna, encargado de la Casa Senda de Vida, dijo que estas actividades motivan a las mujeres para no rendirse, principalmente porque muchas llevan hijos de entre 0 a 12 años de edad.
En su mayoría las mujeres provienen de Haití, Guatemala, Cuba, Honduras y Venezuela, en este último país, el Día de la Madre se festeja el próximo 12 de mayo.
"Nos sentimos muy a gusto de convivir con los hermanos de México, porque nos han tratado como si fuéramos familia, es difícil salir de casa y tener que esperar, más cuando tienes niños", explica Julieta, quien llegó a Reynosa hace aproximadamente un mes.
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El albergue sobrevive de donativos económicos y en especie, que la ciudadanía o los organismos realizan, pero las necesidades para ellas y sus hijos continúan.
Muchas madres migrantes llegan a la frontera con sueños de tener una mejor vida para sus hijos, cuya edad determina si son aceptadas en Estados Unidos mediante la aplicación CBP One.