La fabricación artesanal de ladrillos en Vega de Otates, en el municipio de Pánuco al norte de Veracruz, es una lucha por sobrevivir al afrontar un incierto futuro debido a la modernización de los sistemas de construcción que sistemáticamente han venido desplazándolos.
Desde hace más de 20 años, los pequeños pero poderosos bloques han venido cediendo su lugar a otros materiales para la construcción de inmuebles no solo en esta región veracruzana, también en la zona sur de Tamaulipas, sino en otras regiones del país.
Toman lo que la tierra les da
Los habitantes de la comunidad de Vega de Otates, perteneciente a Pánuco, están involucrados en la comercialización de ladrillos que ellos mismos elaboran llamándose por ello la “Cuna del Ladrillo”.
Esta iniciativa no solo destaca las habilidades y el esfuerzo de los pobladores de dicha localidad, sino que también representa una forma de generación de empleos y de ingreso local para los propios residentes.
La comercialización de ladrillos, puede contribuyen al desarrollo económico de la comunidad al tiempo que promueve la autonomía y la sostenibilidad, de más de 30 familias que han podido sacar adelante a sus hijos a través de esta actividad.
¿Cómo se elabora el ladrillo?
Fausto Pérez Castillo, trabajador de conocida ladrillera en Vega de Otates, se ubica a más de cinco kilómetros de la carretera Alazán-Canoas en el tramo Pánuco-Tempoal.
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En entrevista para EL SOL DE TAMPICO, dijo tener más de 20 años dedicado a la fabricación de ladrillos.
"El ladrillo se elabora con tierra, agua y arena, se revuelve hasta que quede como lodo, posteriormente con las manos lo ponen al molde hecho de madera y se coloca en el suelo para que se seque varios días con el sol y aire, una vez que transcurrido el tiempo, que es más de una semana se coloca en el horno”.
Cabe señalar que la arena, agua y tierra lo tienen en la misma comunidad que lo aprovechan para poder fabricar el ladrillo.
Métodos modernos, caída en la demanda
Desde hace más de dos décadas se ha observado un cambio en las tendencias de construcción en la comunidad de Vega de Otates y otras regiones que eran mercado natural como las localidades vecinas incluyendo Tampico y la región sur provocando que las ventas de ladrillos hayan disminuido.
Ahora se prefiere utilizar el block para construir viviendas, lo que ha llevado a algunos dejar la actividad de fabricación de ladrillos de manera artesanal.
Señaló que en los últimos años ha bajado más del 60% la venta de ladrillos, debido a que anteriormente salían camiones diarios de este material para ser entregado a las empresas constructoras de viviendas, así como también particulares que construían su vivienda en los municipios de la zona sur de Tamaulipas, correspondiente a Tampico, Madero y Altamira, y de los estados de San Luis Potosí e Hidalgo.
Capacidad instalada
Explicó que existen hornos de 25 mil ladrillos, otros de 30 y 50 mil piezas de acuerdo a la demanda de la comercialización que había hace tiempo ya no es como antes que no se daban abasto que en ocasiones hasta los camiones se llevaban los ladrillos todavía calientes ya que acababan de salir del horno.
Ahora la situación es sumamente crítica pues solo se fabrican tres mil ladrillos a la semana lo que ha ocasionado la baja de empleos y de recursos económicos.
Es por ello que muchos empleados se fueron a trabajar al corte de caña, otros optaron por ser productores al no ser redituable esta actividad para llevar el sustento a sus familias.
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Mencionó que a pesar de que el costo de cada ladrillo es de dos pesos, la gente no lo compra debido a que con el block es menos gasto de cemento para edificar una vivienda o edificio de lo contrario se llevaría más costales de ese material.
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Dijo que para la fabricación de 25 mil ladrillos para llenar el horno se tardaría cinco semanas para que queden totalmente terminados listos para ser utilizados.
Aseguró que actualmente los ladrillos solo los ocupan para construir el drenaje de las viviendas o en su defecto algún diseño.
