La danza de las marotas: así se celebra Semana Santa en Antiguo Morelos

En este municipio de Tamaulipas, durante la llamada Semana Mayor, los demonios salen a las calles y tientan a los hombres a romper el duelo por la muerte de Cristo

Roberto González | El Sol de Tampico

  · sábado 16 de abril de 2022

Durante Semana Santa, las calles de Antiguo Morelos se llenan de color y música con la danza de las marotas, su celebración de Semana Santa | Cortesía: Grupo de Marotas del ejido El Porvenir

En uno de los municipios de la parte sur de Tamaulipas, durante la llamada Semana Mayor, los demonios salen a las calles y tientan a los hombres a bailar con ellos, y así romper el duelo por la muerte de Cristo. Durante Semana Santa, las calles de Antiguo Morelos se llenan de color y música con la danza de las marotas, su celebración de Semana Santa.

UNA FIESTA DE DIABLOS Y DIABLAS

En su libro "Costumbres de un pueblo mestizo", Jacobo Castillo Cervantes explica que durante los Días Santos salen a las calles las marotas, personajes que representan a diablos que, ante la muerte de Jesús, aprovechan y salen del infierno para provocar a la población.

El movimiento de unidades motrices y personas a playa Tesoro inició a partir de las 7 de la mañana y terminó a las 6 de la tarde de este sábado | Miguel Díaz

El Viernes Santo, mientras recorren las comunidades, los demonios son acompañados por diablas -hombres vestidos de mujer- y por grupos de músicos que interpretan ya sea sones tradicionales o canciones de moda, pero tocan enmascarados porque no desean que los reconozcan. Ahora muchos llevan equipos de sonido donde reproducen música grabada.

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Si la gente se atreve a bailar con una de las diablas, de inmediato los diablos agitan los "chirriones", unos látigos con los que los pecadores son azotados.

Para el Sábado de Gloria, señala Castillo Cervantes, se lleva a cabo la boda de las marotas, donde el el diablo mayor escoge a una de las diablas para casarse con ella. "Cuando los está casando el juez, llega otra diabla embarazada con varios diablillos, hijos del diablo mayor, en castigo es regresado al infierno".

Pero el demonio promete regresar al año siguiente, por lo que se quema una efigie suya, con lo que se simboliza el triunfo del bien sobre el mal durante la resurrección de Jesús, y así concluir con esta tradición que pervive actualmente en Antiguo Morelos.

PREPARAN LA DANZA CON ANTICIPACIÓN

Castillo Cervantes detalla que para la realización de la danza de las marotas, los cuadros de baile se preparan desde días antes previo a la Semana Santa. El capitán del cuadro debe reunir a trece danzantes para formar seis parejas, más el diablo mayor.

"Lo tradicional es que los diablos porten una máscara de cuero hecha por ellos mismos, y que las diablas la lleven hecha de un pedazo de cartón con los rasgos desdibujados", dice Castillo Cervantes, quien también ha sido capitán de cuadro de marotas. También es común que los jóvenes usen máscaras de plástico, con la imagen de personajes del cine, y que adquieren en las tiendas o en el mercado de El Mante.

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En sus vestimentas usan ropas holgadas, coloridas y hechas jirones, de manera que cubran en buena medida su cuerpo y no los identifiquen. Mientras que las diablas toman ropa que han dejado las mujeres de sus familias.

Durante su andar por los caminos, la gente les paga una cooperación por cada pieza que bailan. Lo recaudado es repartido entre todos los integrantes del cuadro, a manera de incentivo económico.

En este municipio de Tamaulipas, durante la llamada Semana Mayor, los demonios salen a las calles y tientan a los hombres a romper el duelo por la muerte de Cristo | Cortesía: Grupo de Marotas del ejido El Porvenir

"El sábado de Gloria, ya que se hizo la boda de las marotas, es cuando se toman la foto del recuerdo, una con la máscara y otra con el rostro descubierto. Se supone que hasta entonces son reconocidos por la gente", relata Castillo Cervantes.

Así se celebra en Antiguo Morelos, municipio tamaulipeco mayormente dedicado al campo, la Semana Santa y donde se preserva una antiquísima expresión cultural.