Reynosa, Tams., agosto 30 (OEM-Informex).- Martita, como es llamada entre sus compañeras del colectivo, llegó hace más de tres décadas a la frontera con su familia, oriundos de la comunidad La Encantada, en Cazones, Veracruz; pero su rostro ha cambiado desde hace poco más de nueve años, cuando desaparecieron siete integrantes de su familia.
Hoy es una de las mujeres buscadoras que con su propio esfuerzo han logrado visibilizar a nivel internacional el drama de buscar sin encontrar, de hablar y muchas veces no ser escuchadas, de tener que manifestarse para que sus historias sean contadas.
La tragedia comenzó con uno de sus hijos, quien fue sustraído en plena madrugada de una disco en el centro de Reynosa, “según testigos fue aprehendido por elementos de la Policía Estatal”, afirma Martha N.
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"A mi hijo se lo llevaron de la disco Frida en la madrugada cuando entraron los estatales, yo no sabía nada, me enteré por uno de sus amigos y como fueron los policías pensamos que lo iban a soltar al día siguiente, pero nunca llegó", recuerda con la voz entrecortada.
Al no aparecer, su familia lo buscó desesperadamente en el Centro de Ejecución de Sanciones, hospitales, fiscalía y en las rejas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en Reynosa, pero nada.
A finales de 2014 le fueron arrebatados otros 6 miembros de su familia, incluyendo sus dos nietos menores de edad. Desde ese día a la fecha no ha estado tranquila, formando incluso parte de las mujeres buscadoras que ingresaron a La Bartolina, campo de exterminio de la delincuencia organizada ubicado en Matamoros, cercano a Texas.
VINO DE EUA POR UNOS TATUAJES
A sus 17 años ya soñaba con ser un gran militar, pero también era un apasionado de los videojuegos. A dos semanas de cumplir sus 18, viajó de Estados Unidos a Reynosa acompañado de su padre para hacerse unos tatuajes, desde entonces no se sabe de su paradero; su madre y sus dos hermanas claman ayuda a las autoridades mexicanas.
El gusto por los tatuajes hizo que Joseph N y su padre se trasladaran más de 12 horas, desde Florida a McAllen y posteriormente a Reynosa, en Tamaulipas. Por conocidos, el joven con nacionalidad estadounidense escuchó de un negocio de tatuajes ubicado en Reynosa y decidió acudir. En tierra mexicana no había quién los protegiera, Joseph y su padre Thomas N fueron interceptados por hombres con vestimenta militar, armados, que se desplazaban en vehículos particulares.
El 6 de junio de 2020 fueron vistos por última vez en la calle Zaragoza de la zona centro de esta ciudad, después que cruzaron el puente internacional Benito Juárez-Hidalgo.
De acuerdo a la cédula de la persona desaparecida expedida por la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas (FGJT), mediante la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, Joseph nació el 23 de junio de 2002, es de nacionalidad estadounidense; hoy tendría 19 años de edad.
“Tengo a mi hijo desaparecido aquí en Reynosa desde el 2020, este era su último año de prepa y el solo era un gamer, le gustaba jugar, estar con sus amistades y con su novia”, recuerda llorando Yairaniz N, nacida en Puerto Rico y residente de New Jersey. Desde hace más de un año que las autoridades mexicanas tomaron el caso a la fecha no han dado resultados.
Joseph anhelaba ser militar, pero ahora no se sabe nada de su paradero.
ESTADO CON MAYOR REPORTE DE DESAPARECIDOS
Con base en la información de la Red de Desaparecidos en Tamaulipas, 20% de los desaparecidos son mujeres y se mantienen en un rango entre 18 y 30 años de edad.
Durante el mes de enero de 2021 reportaron como desaparecidas a 45 personas en el estado de Tamaulipas, considerado como el mes que encendió los focos rojos para activar las acciones de búsqueda.
Al respecto, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, informó que de las 44 mil 174 personas reportadas como desaparecidas en el periodo diciembre de 2018 al 7 de abril de 2021, fueron localizadas el 55.80%, manteniéndose las labores de búsqueda de 44.20% de las personas.
Otra de las cifras de alarma es que 62% de niñas, niños, adolescentes y mujeres desaparecidos se concentran en Estado de México, Tamaulipas, Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Puebla y Ciudad de México.
El colectivo 10 de Marzo ha documentado al menos 30 mil denuncias de personas desaparecidas; sin embargo se reconoce que no todas las familias informan la desaparición de su pariente, dijo Delia Quiroa, de la organización.
Colectivos en Tamaulipas han documentado la existencia de por lo menos 57 campos de exterminio en donde los grupos criminales torturaron, asesinaron e incineraron sus cuerpos, destruyeron y ocultaron fragmentos óseos, siendo el de mayor extensión La Bartolina, donde según la CNB se ha localizado media tonelada de restos óseos.
En el suroeste tamaulipeco los colectivos han identificado 53 sitios en los municipios de Mante, Xicoténcatl, Llera de Canales, Gómez Farías y Ocampo; en el centro de la entidad, uno de gran tamaño en la localidad de Abasolo y dos en la capital, Victoria.
LA TRISTEMENTE FAMOSA BARTOLINA
La Unión del Colectivo Madres Buscadoras en Tamaulipas, que es integrado por 11 colectivos más, dio a conocer que los gobiernos federal y estatal ocultaron durante cinco años la existencia de un campo de exterminio en La Bartolina.
Desde temprana hora los días jueves 12 y viernes 13 de agosto dieron inicio a un reconocimiento terrestre en ese predio, donde se ha establecido que en un aproximado de 600 metros cuadrados había restos humanos óseos, las actividades solamente se llevaron a cabo con el resguardo de Policía Estatal, Guardia Nacional y personal de Derechos Humanos.
"Todos tenemos la esperanza de encontrar algo, aunque sea una playera, una credencial, un pantalón, una esperanza de que alguien pudiera estar ahí, tenemos que seguir haciendo presencia aquí como activistas, como familiares, como víctimas indirectas para que las diligencias sean constantes", dijo en las primeras búsquedas Delia Quiroa-Flores Valdez.
Posteriormente el día 23 de agosto regresaron al ejido La Bartolina para continuar con las diligencias, esta vez acompañados de peritos criminólogos, expertos forenses, arqueólogos, antropólogos y demás personal de la Fiscalía General de la República (FGR).
Las diligencias se están realizando bajo el resguardo de efectivos de Secretaría de Marina, Ejército Mexicano, Policía Estatal y Guardia Nacional, al ser esa una zona peligrosa bajo control del crimen.
A estas labores acude una decena de víctimas indirectas que perdieron a uno o más de sus familiares y hoy buscan sus restos con la finalidad de encontrar un indicio, así como personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
A una semana de cribar parte del terreno los trabajos de búsqueda han dado buenos resultados, de acuerdo con las activistas, con tan solo escarbar salen fragmentos óseos.
"Se logró que en las primeras capas se encontraran muchos fragmentos óseos, ni siquiera necesitan excavar, solo limpian y salen los restos por kilos y ha sido un gran avance, un gran logro", explicó María Valdez Chaidez, representante del colectivo 10 de Marzo.