Este 25 de febrero se cumplen dos años de que Estados Unidos permitió el paso controlado del primer grupo de migrantes desde Tamaulipas, lo que rompió con la política migratoria de Donald Trump, no obstante, en la frontera nada cambió; en Matamoros nuevamente hay un nuevo campamento con al menos 800 personas.
Aunque este hecho representó, en su momento, un logro y una promesa cumplida por parte del presidente demócrata, Joe Biden, en la zona fronteriza tamaulipeca hay al menos 14 mil migrantes varados.
“Es lamentable, bien lo dijo el filósofo Jorge Ruiz de Santayana, quien olvida su historia está condenada a repetirla. Nunca como hoy vi con horror el hambre y la desesperación, el llanto, niños, mujeres embarazadas, adolescentes durmiendo en la calle, todos expuestos”, expresó a EL SOL DE TAMPICO, la presidenta de la fundación Ayudándoles a Triunfar Capítulo Tamaulipas, Gladys Cañas Aguilar.
A partir del 2019 los centroamericanos, acogidos bajo el Protocolo de Atención al Migrantes -MPP por las siglas en inglés-, no tuvieron más opción que asentarse de forma irregular a un costado del río Bravo, en espera que se resolviera su situación, pero con la pandemia quedaron en el limbo.
El llamado “milagro” tamaulipeco ocurrió el 25 de febrero del 2021 desde Matamoros, cuando un grupo de 27 migrantes integrado por mujeres embarazadas, niños, personas de la tercera edad y con discapacidad física ingresaron a Brownsville, Texas, cruzando desde el campamento asentado a un costado del río Bravo.
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En seis meses del 2021, un total de tres mil 903 personas en migración, originarios de países de Centroamérica como Honduras, Guatemala, El Salvador y Cuba ingresaron al territorio norteamericano desde los cruces habilitados en Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo.
El campamento únicamente cambió de lugar
Con el paso de las personas en migración, el campamento que se ubicaba sobre un espacio deportivo quedó cerrado con cadenas el 5 marzo del 2021, en este 2022 los migrantes regresaron para instalarse afuera de este cerco.
“En Matamoros debe haber 5 mil migrantes, 800 en el campamento improvisado y los demás rentan casas, están en albergues, hay veces en las calles, el año pasado mucha gente durmió en la calle”, explicó la activista.
El viacrucis de la migración
Cañas Aguilar informó que el hecho de que se conformara este nuevo campamento muestra la necesidad de políticas públicas integradoras y efectivas.
“Honestamente pensé que esta situación que se presentó en el 2018 sería la peor, pero no fue así. No hay empatía, no hay interés, no hay ganas de implementar las políticas públicas adecuadas para ayudar a esta población migrante”, planteó.
Afirmó que cuando se realizan acciones es porque ya existe una presión social, no obstante, el problema no se resuelve de raíz desde los países de origen.
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“Cuando tratan de hacer algo es porque los ciudadanos empiezan a sentirse incómodos y ya la situación rebasa los límites de necesidad así es el viacrucis de la migración”, enfatizó Glady Cañas.
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Asimismo dijo que en ciudades fronterizas como Matamoros los migrantes siguen enfrentando largos periodos de espera en condiciones lamentables, en el nuevo campamento a expensas de múltiples riesgos.