Además de las plantas, en el campo de girasoles de González, Tamaulipas, existe otro elemento fundamental que los visitantes deben tener en cuenta durante su recorrido, y se trata de las abejas. Pero no temas, a estos insectos hay que cuidarlos y no molestarlos, ya que su presencia favorece el buen desarrollo de la cosecha.
A 500 metros al interior de los campos, los visitantes podrán observar letreros previniendo sobre las abejas. Esto se debe a que en ciertos puntos de los terrenos llenos de amarillo se han instalado apiarios, es decir, colmenas colocadas por apicultores. El médico veterinario Óscar Martínez Pérez afirma que la gente puede recorrer el campo y tomarse sus selfis, solo piden precaución para no molestar a las abejas.
“Las abejas andan en todas las flores, ellas no respetan una cerca, andan haciendo su chamba, lejos de lo que se cree, no son agresivas, -obviamente que si vas y las molestas pues sí habrá una reacción-. La gente no corre riesgos mientras no se acerquen de más. Las abejas están en lugares estratégicos, que nos proporcionaron los dueños del cultivo”, dijo el también apicultor a EL SOL DE TAMPICO.
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APICULTORES CERTIFICADOS EN EL MANEJO DE ABEJAS
Tras un convenio con los dueños del Rancho Betty la empresa ManTam, certificados en las buenas prácticas de producción y manejo de abejas, se le permitió colocar estos apiarios, lo que generó una colaboración donde tanto las abejas como los girasoles salen beneficiados.
“Las abejas ayudan mucho a la planta con la polinización, lo que aumenta el tamaño de la flor, y por ende, produce más semillas, y se incrementa la producción del campo en general”, explica Martínez Pérez.
“Ellos ganan en su producto, mejora la calidad, y a nosotros nos ayudan a ahorrar en insumos y nos ayudan a pasar la temporada de invierno, donde no hay cosechas y tenemos que alimentar artificialmente a la abeja. Así que qué mejor que la calidad natural”.
ABEJAS: UNA ESPECIE EN PELIGRO
En ese sentido, Martínez Pérez exhorta a la población a que respeten a las abejas, debido a que actualmente la especie ha presentado una disminución muy preocupante.
“Los cambios climáticos redujeron las cosechas y al haber menos comida en campo se reduce el número de abejas, además los pesticidas se usan indiscriminadamente y también afectan a las abejas. El peligro de la extinción de la abeja es muy real”.