Matamoros, Tamaulipas. - Ya van más de doce horas que los restos del padre José Martín Guzmán Vega llegaron a la parroquia que por diez años guió: es el mismo tiempo que sus feligreses han llorado y sufrido su repentina pérdida.
Los rostros desencajados dentro del templo, las lágrimas vertidas en el suelo y una profunda sensación de vacío, de refleja en cada acto de los asistentes.
Mujeres y hombres lloran por igual, no hay distinción, se sufre igual la partida del hombre espiritual que fue ultimado a puñaladas en la Parroquia Cristo Rey de la Paz, ubicada en el ejido Santa Adelaida.
Los matachines han danzado, es quizá lo más festivo, con solemnidad qué hay en el sitio. Al término entran para ver al sacerdote que hace una semana ofició una misa por una muerte igual de dolorosa, como lo fue la de Jorge Alberto Vázquez.
En unos momentos iniciará una misa y después lo inevitable, los restos del padre serán conducidos hasta su natal La Piedad, Michoacán.