Tamaulipas afronta alto riesgo de incendios forestales debido a tres años de sequía, la baja disponibilidad de agua en vastas regiones de la entidad y la limitada capacidad de respuesta de la Conafor.
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La temporada de mayor posibilidad de incendios forestales en la entidad, inició en este mes y se prolonga hasta el mes de septiembre, hasta el momento no se han reportado incidentes mayores.
Pedro Granados Ramírez, titular de la Unidad Estatal de Protección Civil en la entidad, señaló que Tamaulipas se ha convertido en “un caldo de cultivo debido a la sequía debido a la falta de lluvias.”
Expuso que si bien la dependencia a su cargo cuenta con camionetas, equipo y personal para emergencias, no pueden estar destinados de tiempo completo a la atención de los incendios forestales que sí están en cambio, bajo la jurisdicción de la Comisión Nacional Forestal, que en contraste, ha visto disminuida su presencia en la entidad desde los dos últimos años empero se les brinda apoyo.
“Si existe el riesgo de que tengamos una temporada fuerte en este año, la temporada de lluvias tuvo impacto mínimo, las lluvias han sido pocas aunado a esto, tenemos conocimiento de que tanto la Conafor como Conagua ha visto disminuido su presupuesto de manera considerable en los dos últimos años”, citó Granados Ramírez.
Actualmente solo existen dos brigadas de la Conafor limitadas en los municipios de Jaumave y Tula, que es una de las zonas de mayor riesgo por la sequía indicando que a esto se suma la poca disponibilidad de agua en esa región.
De acuerdo con lo dado a conocer, en el 2019 se registraron 33 grandes incendios que afectaron más de seis mil 221 hectáreas afectadas mientras que en el 2020, se reportaron 13 situaciones de riesgo y una afectación de 357 hectáreas.