Bobi es un perrito chihuahueño que tiene 11 de años de edad y que ha acompañado a su dueña a perseguir el sueño americano, recorriendo ochos países para llegar hasta Matamoros, en la frontera de Tamaulipas, el último destino y barrera para llegar a Estados Unidos
“Soy Mayeli Caballero, soy venezolana, yo tenía dos años en Colombia y me lo traje conmigo porque él es mi compañero, me lo traje, cargándolo”, dijo la dueña de Bobi, quien llegó a Tamaulipas el 11 de mayo, a pocas horas de que concluyera la política migratoria del Título 42.
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Narró que decidió traerse consigo a su perrito a esta travesía debido a que este no podría estar sin ella.
“Yo me lo traje con más seguridad porque a mis perros no le hacen falta ninguna vacuna, me lo traje porque tiene muchos años conmigo y si lo dejó se iba a morir de tristeza porque nadie lo conoce más que yo, va para 11 años con él, ya está viejito”, dijo la mujer.
Desde Venezuela, la mujer ha recorrido al menos cuatro mil 288 kilómetros con su querido Bobi, la travesía de ambos ha incluido el paso por:
- Colombia
- Panamá
- Costa Rica
- Nicaragua
- Honduras
- El Salvador
- Guatemala
- Y finalmente, México
Teme que no la dejen pasar a Estados Unidos con Bobi
La mujer, que es madre de una menor de edad que dejó en Colombia, explicó que al llegar a Matamoros se ha sentido frustrada por el difícil acceso al territorio americano.
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“Por favor, todo lo que hicimos para llegar acá y llegar a esta sorpresa de no vamos a pasar, nos dicen que ya se nos acabó la posibilidad, es duro”, dijo a EL SOL DE TAMPICO.
Cuando le dicen que en caso de que llegue a un centro de procesamiento, ella tendría que dejar a Bobi, se le acaban las palabras y llora.
“Que se ponga la mano en el corazón, que nos dejen caminar, que nos dejen avanzar, que nos den una oportunidad, claro, nosotros vamos a trabajar, no somos malos”, apuntó.
“Yo soy una mujer guerrera, soy papá y mamá; ayudo a mi padre y necesito que me den una oportunidad”, agregó.
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Mayeli es una de los miles de migrantes que se encuentran en esta frontera con la firme decisión de llegar a Estados Unidos; aunque no sabe cómo lo lograra, mientras tanto, Bobi, el perro migrante, se siente seguro y se duerme en sus brazos.
