Reynosa, Tamps., Noviembre 17 (OEM-Informex).- El frío no los desanima, diversos Otro grupo de haitianos que se encuentran en situación de calle en la frontera entre Estados Unidos y México, (concretamente en Tamaulipas) en su mayoría haitianos, combaten el frío con fogatas, tomando te y café.
En su país caribeño el frío no es tan intenso como en esta zona; pero sus esperanzas de llegar a Estados Unidos les dan fortaleza.
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Migrantes haitianos y hondureños rodean un anafre, sobre este hay dos ollas, en una preparan café y en la otra té de jengibre. “Ahorita la estamos pasando muy mal con el frío, más los niños. Allá no hace tanto, es cálido, aquí mucho frío”, dijo Edlin St Louis, de 46 años de edad y quien es un migrante proveniente de Haití.
Niños migrantes, los que más padecen la inclemencia del tiempo
Los niños se acurrucan entre los brazos de su padres aunque portan ropa de frío que les donaron; no es suficiente ante los 10°C de temperatura mínima registrada este jueves 17 de noviembre.
A unos pasos de la Casa del Migrante Senda de Vida I, en esta ciudad fronteriza, una señora originaria de Chiapas, ofrece a 10 pesos el vaso de arroz con leche.
Otro grupo de haitianos mitiga el frío rodeando una fogata que hicieron con leña de las ramas de mezquite.
Crece la población migrante en Tamaulipas, necesitan un refugio
De acuerdo con la información del dirigente del refugio Senda de Vida, Héctor Silva de Luna, actualmente en situación de calle existen más de ocho mil migrantes quienes están hacinados en casas de campaña, de cartón o lonas, mientras que otros pagan altos costos para rentar un cuarto de hotel.
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En cuanto a la capacidad de los albergues, el representante de los refugios migratorios indicó que los inmuebles se encuentran saturados.
Una gran cantidad de inmigrantes vienen de países como Haití, Honduras, El Salvador, incluso están llegando de Rusia y han viajado días, semanas y hasta meses para llegar a esta frontera con la esperanza cruzar a Estados Unidos.
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La espera por una respuesta satisfactoria de asilo es larga y con la próximidad del invierno el clima se torna complejo en la frontera entre México y Estados Unidos, donde los migrantes caribeños tratan de sobrevivir al frío con fogatas, te y mucho café.
