Desde el 13 de octubre Estados Unidos comenzó un proceso de deportación a México de venezolanos que habían ingresado de forma ilegal a este territorio con el objetivo de pedir asilo; esto ha generado una crisis en las fronteras e incluso en la zona centro de país.
Layla y Emerson son una pareja que forma parte de las 550 personas originarias de Venezuela que la Casa del Migrante San Juan Diego y San Francisco de Asís de Matamoros ha recibido en una semana desde que comenzó este regreso obligatorio, ellos narran como es que se vive proceso.
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De El Darién a Ciudad Juárez: atravesaron un camino de lodo, agua y piedras
El Darién en una selva que se ubica entre Colombia y Panamá, todo venezolano que quiere llegar al norte de América tiene que cruzar este camino que consiste en unos 100 kilómetros de piedra, lodo, agua y pendientes.
Además de este complejo camino, que ha quitado la vida a muchos migrantes, ellos quedan a merced de las extorsiones del crimen organizado.
“El Darién es muy duro, tienes que traer botas de hule para andar en el lodo y hay veces que te hundes en el barro hasta más arriba de la rodilla, nos tocó ver una niña murió, era ya grandecita como de 10 años”, relató Emerson de 32 años, quien en Venezuela trabajaba como guardia militar.
Una vez librado el paso por Centroamérica, la pareja llegó a Ciudad Juárez, Chihuahua, sitio donde se entregaron a las autoridades fronterizas de Estados Unidos, ahí comenzó una nueva aventura.
La eterna promesa de reencontrarse en Estados Unidos
Layla recordó como fue separada de su pareja, ya que estos centros de detención están separados por hombres y mujeres.
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“No nos volvemos a ver, no sabemos a dónde se fue cada quien y prometimos buscarnos una vez que nos liberaran, lo que no esperábamos es que no nos veríamos más en Estados Unidos, jamás pensé que nos iban a deportar”, apuntó la joven de 22 años.
Una dura realidad en los centros de detención: "sí hablan español, sí saben, pero no te hablan"
Emerson explicó que una vez que llegan al Centro de Detención, los guardias les piden sus cosas, celulares y documentos los guardan en una bolsa de cierre, les piden que se desnuden, los llevan a bañar y solo fue esa la única ocasión en que se les permitió tomar una ducha.
“Llegas y te tienes que bañar, es como una desinfección para entrar, te dan un uniforme, un mono y ahí te meten con más personas; yo me bañé solo esa ocasión en los cinco días más que estuve, no hubo forma de bañarse de nuevo”, destacó.
“Después te dan un uniforme, una pulsera de registro y ahí te quedas a esperar a que te llamen”, agregó.
Layla recordó en diversas ocasiones intentó hablar con los guardias para investigar a dónde había sido llevado Emerson, no obtuvo respuesta.
“Sí hablan español, sí saben, pero no te hablan, les dices que quieres hablar y te dicen que no, que no saben y ahí te dejan; no hay una sola respuesta, yo estaba en un lugar con otras mujeres y nos sentíamos incomunicados”, destacó.
Ambos coincidieron que duermen en el piso y que no hay variedad en la comida, aunque por la angustia nadie tiene hambre. “Te dan burritos, hamburguesa y papitas, no hay cambio, siempre es lo mismo, uno come por no dejar pero no es algo que este bueno y uno está muy preocupado”, señaló la mujer que por ahora busca trabajo en Matamoros.
Un viaje donde van esposados y con cadenas
Emerson que dice que si regresa a Venezuela le darán 30 años de cárcel por haber desertado de su trabajo como guardia militar, señaló que estando en el Centro de Detención se les informó que serían trasladados a otro punto.
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“Como presos, esposados con cadenas, nos subieron a un avión y ahí uno piensa que es el último paso, según íbamos a Laredo, Texas para ponernos en libertad y no, llegamos a Matamoros, un lugar que no conocíamos”, apuntó.
“Nos dieron nuestra bolsita con nuestros papeles, el celular y nos sueltan en Matamoros y de ahí ¿qué hacemos? ¿a dónde vamos?, yo por lo pronto, buscar a Layla”, agregó.
El esperado reencuentro de la pareja venezolana: llegaron "por casualidad" a Matamoros
Layla llegó también deportada por Matamoros un día después que su pareja, se encontraron en esta ciudad tamaulipeca, no saben qué les espera, lo que es seguro que a Venezuela no regresan.
“Tanto batallar para llegar hasta acá, todo lo que pasamos, nosotros no vamos a volver, a mi marido lo encarcelan y yo ¿qué hago?, no, yo no vuelvo, mejor me quedo en México”, aseguró.
Confundida, la pareja, analiza cuál será el siguiente paso, intentar cruzar a Estados Unidos o hacer una vida en México.
“Yo lo que estoy buscando en trabajo aquí, yo a Venezuela no vuelvo, la Ciudad de México no nos gustó, es muy grande; le digo a Emerson que nos vayamos a Monterrey, estuvimos ahí, podríamos quedarnos un tiempo”, dijo la joven venezolana.
¿Cómo es el proceso de deportación para los migrantes que arriban de Venezuela?
1.- Se entregan a las autoridades fronterizas de Estados Unidos
2.- Los detienen y posteriormente los trasladan a un Centro de Detención
3.- Les quitan sus pertenencias y los registran
4.- Se bañan por una sola ocasión, les dan uniforme y pulsera
5.-Duermen en el piso y no les ofrecen información
6.-Permanecen de 5 a 7 detenidos
7.- Los trasladan de Juárez a otro punto para abordar un avión
8.-Llegan pero no a Estados Unidos, sino a Matamoros como deportados
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Esto es lo que viven miles de migrantes venezolanos que llegaron en búsqueda del sueño americano, pero como respuesta obtuvieron la detención, esposas, cadenas y un triste regreso; sin poder volver a su país y sin conocer qué sigue para ellos.