Pisar Tamaulipas para el periodista Carlos Domínguez representa un peligro, en esta misma tierra hace 5 años su padre, de quien lleva el mismo nombre y también dedicado al periodismo, fue asesinado.
El reclamo de justicia y castigo para los responsables de este homicidio aún no resuelto, enfrentó a Carlos con amenazas y caminos peligrosos que hoy lo tienen alejado de la tierra que lo vio nacer, un sitio a donde definitivamente, por advertencia de las autoridades federales, no puede volver.
“Soy hijo de Carlos Domínguez, periodista de Nuevo Laredo asesinado el año pasado en la dura, difícil y crítica ciudad que forma parte de un estado asolado por la delincuencia organizada”, dijo Carlos al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando se presentó en la mañanera para exponer el caso el 2 de mayo del 2019.
De constructor en estados unidos a periodista en México
Pese a que Carlos, quien ahora dirige el medio digital Nación 14, creció entre el olor de la tinta y el papel en las redacciones donde acompañaba a su papá y a que en casa siempre había un periódico, nunca quiso ser periodista, ya que deseaba estudiar arquitectura, proyecto en que fue apoyado por su progenitor.
La vida y su interés por la construcción lo llevó a Dallas, Texas, sin embargo el 13 enero del 2018 su vida cambió con el homicidio de su padre en Nuevo Laredo y terminó por encaminarse al periodismo.
“En el lapso que yo estuve alzando la voz, protestando, movilizándome tanto aquí en México como en Estados Unidos y en medios, muchos medios que en su momento me abrieron las puertas, entré al periodismo y me volví defensor de la libertad de expresión”, declaró a EL SOL DE TAMPICO.
La lucha para obtener justicia para su papá lo hizo blanco de amenazas en redes sociales, que incluían el envío de videos y fotografías violentas a su madre, por lo que fue incluido en el Mecanismo de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos, aunado a que fue reconocido como víctima.
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“Ya estando acogido en el Mecanismo de Protección y en la Comisión de Víctimas comencé mi carrera en el periodismo, es cuando el presidente López Obrador me conoce y me presento con él por el caso de mi papá y le pido personalmente que me ayude”, recordó el reportero que acude al menos dos veces por semana a las conferencias mañaneras.
Se arriesgó a volver a Tamaulipas
Tamaulipas, entidad que ocupa el segundo lugar nacional en desaparecidos y que desde el 2010 enfrentó un recrudecimiento de la violencia que se expuso a nivel mundial con la masacre de los 72 migrantes de San Fernando, el hallazgo de fosas clandestinas y el asesinato del candidato priista, Rodolfo Torre Cantú, volvió a recibir a Carlos el 19 de octubre de este 2022.
Acudió a la conferencia mañanera desarrollada en Reynosa, para recordarle a López Obrador su promesa ante el cambio de gobierno en el estado.
“Ni siquiera es seguro que yo vuelva a Tamaulipas y mucho menos a mi ciudad, Nuevo Laredo. Me expuse, tuve que no avisarle a nadie, sabía solamente una persona de la vocería a quien le solicité el acceso. Me esperó en la entrada del batallón militar y le pedí discreción”, relató al reconocer que regresó con miedo al territorio tamaulipeco.
“Los analistas del mecanismo de protección señalan que existe un riesgo para mí en la entidad, en la región, porque la alerta abarca hasta Nuevo León; pero si tengo la indiscreción de avisar o publicar en redes sociales”, añadió.
Calificó como “imposible” poner un pie en Nuevo Laredo, pese a que antes de la muerte de su papá, cuando aún vivía en Estados Unidos, constantemente visitaba esa ciudad fronteriza.
“A Nuevo Laredo no puedo ir, es imposible; ahí los analistas del Mecanismo me dicen que es bajo mi propio riesgo porque se ha acreditado que la ciudad para mí o alguien de mi familia es de riesgo”, puntualizó.
La promesa del nuevo gobierno tamaulipeco
Carlos recordó a su padre, Carlos Domínguez como un hombre amable, cariñoso, proveedor, futbolista, que gustaba del periodismo político que ejercía desde hace más de 50 años y en esta personalidad argumenta su reclamo de justicia.
El asesinato ocurrió en Nuevo Laredo, cuando el periodista regresaba de haber llevado al zoológico a sus nietos; al menos dos hombres lo atacaron con un arma blanca propinándole 24 puñaladas, posteriormente, se detuvo a seis personas, sin embargo, uno murió preso y los otros están en libertad.
“Ni modo que siendo hijo de periodista no supiera qué pasa cuando matan a un periodista, mi papá y yo platicamos cuando asesinaron a Javier Valdez, me dijo que ‘la constante de los periodistas asesinados o amenazados es la impunidad, es la garante del asesino’”, relató.
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“Por eso lo hacen; por un lado, silenciar esa voz crítica, esas páginas incómodas; y por la otra, saben que no les pasa nada, que las posibilidades de que la justicia les alcance son pocas o casi nulas”, añadió.
Dijo que al concluir la conferencia mañanera del 19 de octubre, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, lo recibió en su oficina y hablaron por una hora, el mandatario morenista se comprometió a que su departamento jurídico revisará el caso a profundidad.
“Muy amablemente me atendió y vamos por la vía legal, nada de andar con favoritismo. Se va a revisar el expediente con el que ya cuenta la Fiscalía, se va a revisar el actuar del juez. Estoy seguro que el gobernador Américo es una buena persona por la forma en la que me trató”, agregó.
El silencio en Tamaulipas
El periodista de Nuevo Laredo que hoy radica en la Ciudad de México, señaló que en Tamaulipas además de silencio hay divisiones entre el gremio periodístico.
“En Tamaulipas está muy dividido el gremio, pareciera que está en competencia por querer ser más que el otro. Se dan la espalda cuando todos están en el mismo barco”, opinó.
Indicó que lejos de caer en desacreditaciones, burlas o golpes, los periodistas deberían encaminarse a la unión.
“Todos trabajan para la misma sociedad tamaulipeca; viven bajo los mismos riesgos, deberían de estar más unidos o ser más tolerantes”, añadió.
Carlos reflexionó sobre qué diría su padre ante su actual trabajo como comunicador, cuando jamás quiso serlo.
“Si a él no le hubieran hecho lo que hicieron yo no estaría por acá. Yo creo que se sentiría muy orgulloso y todo el tiempo me estaría regañando porque he cometido errores y hasta la fecha todavía me siguen contando faltas de ortografía, pero, ahí la llevo”, consideró.
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Distanciado de su tierra, Carlos aún ve lejos la posibilidad de regresar a Nuevo Laredo para romper el silencio y escuchar desde la casa familiar “Have you ever seen the rain”, canción favorita de su papá.
