El uso de la tecnología como su última ubicación en el sistema de posicionamiento global, mejor conocido como GPS, ha sido una de las herramientas que las autoridades y los colectivos dedicados a buscar a personas desaparecidas han empleado en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Kassandra Rivera, del colectivo Todos Somos Uno, ubicado en esta ciudad que es frontera con Hidalgo, Texas, señaló que el contar con la última ubicación de los familiares ha dado pistas a las autoridades.
EL SOL DE TAMPICO informó este 28 de septiembre que, de acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), se encontró un nuevo campo de exterminio en Tamaulipas, este sitio que hasta hace poco tiempo fue utilizado se encuentra en Nuevo Laredo, cerca del kilómetro 26 del libramiento Monterrey-Nuevo Laredo, punto conocido como “el tramo del terror”.
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En el lugar se encontró lo que parece ser un crematorio, así como fragmentos calcinados de osamenta humana.
UTILIZARON GPS PARA DAR CON EL CAMPO DE EXTERMINIO
Aunque fue la CNB quien hizo pública la existencia de un campo en Nuevo Laredo, buscadores aseguraron que el hallazgo se realizó por medio de buscadores y la Comisión Estatal de Tamaulipas.
“El trabajo es de la Comisión Estatal de Búsqueda más que nada porque las familias colaboraron mucho porque se nos abrió la oportunidad de que se pudieran encontrar con la última ubicación del familiar”, explicó Kassandra.
“Gracias a la tecnología que no había antes pudieron dar la última ubicación y se la dieron al licenciado- Jorge Macías, titular de la comisión estatal- y empezaron a entrar a brechas, ranchos, empezaron a investigar y es donde se llegó”, añadió.
PIDEN BANCO DE ADN
Debido a que en Nuevo Laredo podría haber 500 personas con reporte de no localización, según colectivos, los buscadores urgen a las autoridades que se integren bancos de recolección de muestras de ADN.
“Hay gente que tiene siete u ocho años buscando a sus desaparecidos en Nuevo Laredo, gente que no le aceptaron la denuncia o que no quisieron denunciar, es lo que pedimos a las fiscalías, apoyo para recabar ADN”, apuntó.
Advirtió que las tareas de búsqueda en Nuevo Laredo son prácticamente incipientes, ya que hay temor de exponer la vida de los activistas.
“Es peligroso, si uno no arriesga no gana, al principio solo éramos otra compañera y yo las que buscábamos, nadie nos hacía caso; pero este año se desató el diablo por decirlo así y empezaron las desapariciones y nos escucharon. Nunca nadie se había atrevido a buscar en Nuevo Laredo en general, no había búsquedas”, apuntó.
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