Tamaulipas se ha vuelto el hogar de diversas especies oriundas de África, por ejemplo, los lémures de colas anilladas, los leones y ahora también las avestruces. Estas aves omnívoras pesan entre 63 a 140 kilogramos y pueden alcanzar una velocidad de hasta 70 km/h. Además de contar con una visión panorámica, son criaturas sociables, pero también altamente territoriales.
El Zoológico y Acuario de Nuevo Laredo es refugio de avestruces, conocidas con el término científico de “Struthio Camelus” y con el sobrenombre de “La reina de las llanuras”.
A nivel mundial, están comenzando a desaparecer
La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica a las avestruces como una especie de preocupación menor. Sin embargo, la dependencia ambiental también apunta que la población mundial está en continuo decrecimiento. En Libia, por ejemplo, están extintas en estado natural.
De manera silvestre, a las avestruces se les puede encontrar en la sabana y entre los matorrales y pastizales de África, en lugares como Argelia, Botswana, Burkina Faso, Camerún, Egipto, Etiopía, Kenia, Malí, Mauritania, Mozambique, Namibia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue.
Es el ave más grande del mundo
Gracias a los perfiles sobre la especie elaborados National Geographic y Animalía sabemos que esta ave, que no vuela, es la más grande del mundo, con un peso que puede llegar hasta los 160 kilos.
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A pesar de su gran tamaño, es una criatura veloz, alcanzando una velocidad de desplazamiento en campo abierto entre los 50 a 70 km/h.
Viven en manadas de hasta 12 miembros, con un macho y una hembra dominante, bajo un sistema de apareamiento poligínico. Lo anterior implica que el ejemplar macho se aparea con múltiples hembras, en tanto que las hembras solo se acoplan con un macho.
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En su hábitat natural, las avestruces viven hasta 16 años, mientras que en cautiverio pueden alcanzar las cinco décadas.
Son de hábitos diurnos y de pastoreo. De alimentación omnívora, suelen recurrir principalmente a las plantas (herbívoros) y semillas (granívoros).
No esconden la cabeza en el suelo
Sobre estos animales nómadas y territoriales se tiene la falsa creencia de que, al sentirse amenazados, entierran la cabeza bajo la tierra. No obstante, National Geographic aclara que el falso rumor se originó debido a una ilusión óptica. Resulta que al sentirse en peligro estas aves no voladoras se agachan, hasta colocar su cabeza al ras del suelo, pero no excavan.
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Tamaulipas es hábitat de múltiples especies de animales, muchas de ellas son endémicas, pero otras más fueron introducidas en el territorio. Tal es el caso de las avestruces, quienes pasaron de vivir en las llanuras de África a pasear entre los cactus y los arbustos del norte de la entidad.