Pescadores de la laguna deChampayán y del río Tamesí, en el municipio de Altamira, se mantienen en una profunda crisis desde hace 10 años, cuando comenzaron a escasear las especies endémicas aprovechables por la excesiva depredación y uso de artes prohibidas que arrasan con las crías, impidiendo la reproducción que mantienen al borde de la ruina a unos dos mil pescadores que actualmente logran capturar, en una jornada de trabajo considerada como buena, unos 10 kilos de pescado, cuando hace una década lograban hasta los mil kilos.
Especies de pescado como la mojarra tilapia, el bobo, carpa, guavina, bagre, gurrubata, lisa, practicamente han desaparecido de estos cuerpos de agua, al igual que la acamaya y la jaiba, han escaseado notablemente, por la depredación del hombre y también por la invasión del pez diablo al sistema lagunario y el río Tamesí, que también es el causante de acabar con las especies al consumir principalmente los huevecillos de las mismas.
Alberto Marín Flores, presidente de la Unión de Comerciantes de Pescados y Mariscos del Mercado "La Puntillita", en Altamira, calificó como crítica la situación por la que atraviesan pescadores y comerciantes al no tener capturas y ante ello no contar un producto para ofertar a la venta al público consumidor, situación que ha empeorado en los últimos 10 años.
La severa crisis que atraviesa el sector pesquero ha provocado que algunos hayan decidido abandonar la actividad y dedicarse a labores del campo, mientras que otros buscan mejores oportunidades en el sector industrial, empleándose como mano de obra en diversos oficios.
A esta difícil situación se le suma la indiferencia de las autoridades federales y dependencias a las que compete el tema, que no realizan labores de vigilancia en el sistema lagunario y el río Tamesí.