Nada era como hoy en julio de 1914, del otro lado del mundo estaba por estallar la Gran Guerra, la Ford Motor Company anuncia el horario de ocho horas laborales, el primer vapor atravesaba el canal de Panamá y Chaplin se estrenaba como director con el filme Caught in the Rain.
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El mundo era convulso, con todo por descubrir y un cine completamente mudo, pero en la zona sur de Tamaulipas se ponía en marcha uno de los proyectos que marcaría el destino y crecimiento de la región: la Refinería El Águila, hoy Francisco I. Madero.
En la zona pantanosa de la margen izquierda del río Pánuco, en lo que entonces era Villa Cecilia del municipio de Tampico, comenzaron los trabajos para colocar lo que hasta hoy es una de las factorías petroleras más importantes del país.
Se trata de la segunda planta más longeva de Petróleos Mexicanos (Pemex), misma que fue construida y puesta en operación por la empresa inglesa El Águila el 15 de julio de 1914 y apenas 24 años después, con la Expropiación Petrolera, se integró al Sistema Nacional de Refinación.
En ese entonces se conformó junto con otras refinerías que estaban establecidas entre el sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz, pero poco a poco fue la única que sobrevivió y desde entonces ha contribuido a la producción de petrolíferos que son utilizados a nivel local y nacional.
DE 7 A 22 PLANTAS
En sus inicios contó con siete plantas: dos de destilación primaria de petróleo crudo, una reformadora de gas por vía térmica, una desintegradora térmica de residuos y obtención de gases, gasolinas y diluyentes, una recuperadora de líquidos y licuables por absorción, una productora de asfalto y una para obtener parafinas por enfriamiento y cristalización.
Por ello fue catalogada como la más grande de México en aquellos albores del siglo pasado, ya que contaba con una producción de alrededor de 65 mil barriles diarios.
Para 1999 se realiza la reconfiguración de esta refinería, llegando a 22 plantas de proceso, agregando tanques de almacenamiento, servicios principales y auxiliares, laboratorio y el área administrativa, triplicando la capacidad instalada de proceso para quedar en 186 mil barriles de petróleo por día, lo que en la mayoría de los años subsiguientes no se alcanzaron en su totalidad, manteniéndose en sus mejores días de producción en unos 150 mil barriles diarios.
Ha sido escenario de diversos accidentes, explosiones e incendios que han cobrado la vida de trabajadores petroleros como el ocurrido en julio del 2014 con nueve lesionados o el incendio del tanque de almacenamiento de gasolina MJN-T510 en ese mismo año, que duró casi 36 horas en llamas.
Un promedio de 5 mil trabajadores del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) laboran en esta factoría, donde se generan productos como: gasolina, turbosina, diésel, combustóleo pesado, gas licuado, lubricantes, coque y asfalto.
Personajes como el otrora líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como "La Quina" tuvo su mayor apoyo, desarrollo y encumbramiento desde este centro procesador de petrolero.
A la refinería se han sumado la Terminal de Operaciones Marítimas y Portuarias, el Centro Procesador de Gas Arenque, las zonas de almacenamiento y distribución, convirtiendo este en un gran complejo petrolero.
107 años han transcurrido desde la primera vez que las plantas se echaron a andar, hoy el centro refinador sigue operando.
Espera la aplicación de recursos para mejorar sus procesos y elevar su producción al ser considerada la refinación parte de la estrategia federal de energía.
Refinería Francisco I. Madero es parte del entorno y del paisaje de esta región portuaria, logrando por momentos mimetizarse con la urbanidad que con el paso de los años la ha literalmente abrazado.
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