Con disminución de unidades en varias rutas, la reubicación de vehículos en trayectos y la ampliación de los recorridos, el transporte público sortea el impacto económico que ha generado la pandemia en este sector, teniendo además concesionarios que regresan autos y microbuses que habían adquirido al no poder cumplir con los pagos, señaló Marín Flores Garrido, representante de la Unión de Bases y Concesionarios de Tamaulipas.
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Expone que, unas 60 unidades de diferentes rutas ya han dejado de trabajar, la mayoría en las rutas Madero-Echeverria, Cañada y López Portillo-Perimetral; mientras que otras, han disminuido sus vueltas y han implementado otras medidas para sobrevivir, pues la actividad no ha regresado al 100% y son pocos los trayectos que siguen operando con suficiente flujo de pasajeros.
Informa que, se han tenido que rolar los días para trabajar, para tener un buen número de pasaje, "pues la mayoría de las rutas del transporte público son ya incosteables, porque hay poco movimiento de pasaje, casi no hay personas que vayan al centro, la situación económica está difícil, y el movimiento de pasaje bajó a casi un 60% y así se ha mantenido durante meses".
Añade que, para afectar lo menos posible a quienes requieren del transporte público y ante la reducción en unidades, "se está analizando la situación para ver si con carros se puede dar el servicio, porque la gente se está quejando y estamos buscando la forma de checarlo con autos chicos, porque cada ruta se compone de 15 a 20 camiones que han dejado de prestar el servicio".
