Al reconocer que la crisis del agua que impera en la zona sur de Tamaulipas debe ser solucionada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, instruyó para que la directora del organismo supervise la zona y emita posibles soluciones.
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El tema de la problemática del vital líquido que se padece en la zona sur de Tamaulipas y norte de Veracruz llegó hoy a Palacio Nacional.
El mandatario se comprometió a enviar a esta zona a la directora de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Elena Jiménez Cisneros, a fin de analizar acciones para solucionarlo.
“Le vamos a pedir a Blanca Jiménez de Conagua que vaya a Tampico y vea este problema y nos presente alternativas, ese es el compromiso que hacemos”, dijo López Obrador al ser cuestionado sobre el tema este martes.
Organismos empresariales e industriales han urgido a la Conagua a solucionar el problema, al ser el organismo federal responsable de garantizar el suministro de agua de calidad y que no represente riesgo para la población.
El presidente consideró que el problema debe ser atendido por Conagua, por lo que la encargada debe conocerlo de manera directa y atenderlo planteando opciones de solución desde la Federación, a quien corresponde el desarrollo de las obras que garanticen el abasto de agua que cumpla con las normas sanitarias necesarias.
López Obrador continuó que en la región sur de Tamaulipas y norte de Veracruz “desde luego que hay bastante agua dulce, si querían llevar agua desde Tampico, desde el -río- Pánuco hasta Monterrey en un proyecto que se canceló, después podríamos hablar de ese proyecto, pero si hay agua suficiente, vamos a ver de qué se trata y vamos a pedirle a Blanca que vaya”.
Sin precisar plazo para la visita de la funcionaria a la zona del dique Camalote o al sistema lagunario Chairel, el presidente se comprometió a establecer acciones de remediación para las que tampoco precisó fecha.
Al presidente se le expuso la necesidad de intervenir ante la situación que viven más de un millón de personas radicadas en esta zona por el abasto de agua salobre, producto de la entrada de agua salina al sistema lagunario.
Se le precisó además las afectaciones en cultivos, ganadería y el inminente riesgo de paralización de la industria asentada en esta parte del país, ya que el agua que actualmente se suministra no es apta para sus procesos.