Al conmemorarse la fiesta de San Antonio de Padua, fieles católicos del templo en su honor ubicado en la colonia Obrera desarrollaron una serie de actividades encabezadas por el obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano.
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Los festejos en esta ocasión fueron “un poco diferentes” a causa de la epidemia generada por el Covid-19.
El mismo representante de la Iglesia expresó que “normalmente para esta fecha el sector se llena de gente, pero ahora llevamos a cabo una procesión en vehículos y la santa misa se celebrará con muy pocas personas”.
Acompañado del párroco Santos Feliciano, el obispo encabezó la caravana y procesión por diversas calles del sector con la finalidad de “acercar la imagen de San Antonio de Padua a las familias, a los hogares, a los barrios, para que percibieran la alegría de salir, aunque sea afuera de sus casas”.
La santa misa oficiada por el obispo Álvarez Cano se llevaría a cabo en el templo ubicado en calle Ignacio Zaragoza esquina con Matamoros de la colonia Obrera, con la presencia de muy pocas personas y prácticamente a puerta cerrada para el público en general.
Al referirse a la pandemia generada por el coronavirus, el prelado dijo que “resulta un poco contradictorio que en el momento en que más contagios hay, la ciudadanía como que se ha relajado”, recomendando a todos que nos sigamos cuidando mucho y si es necesario salir de casa, apegarse a las normas de salud, especialmente quienes padecen alguna enfermedad.
El obispo destacó la importancia de fortalecer la fe en estos tiempos difíciles; “nos hemos estado preocupando de la enfermedad física y nos hemos olvidado un poco de lo espiritual, la gente tiene hambre de fe y confianza, de acercarse a Dios, podemos observar su deseo de acercarse y encontrar la fuerza para seguir adelante”, finalizó.