¿Te has levantado un día y respirado profundo?, llenando los pulmones del aire matinal, pareciera que esa situación favorecería a nuestra salud aireando las vías respiratorias, pero ¿sabes lo que estás inhalando?
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Poco o nada hacemos para mejorar el mundo que nos rodea, en especial lo que respiramos cada día, tal vez porque no hemos vivido las consecuencias de manera inmediata en nuestro organismo, pero la vida nos pasará factura de esa indiferencia.
El crecimiento del parque vehicular, la operación de plantas, la refinería, empresas, el aumento de incendios y la expansión de las islas de calor hacen este mundo más caliente, lo que aunado a la creciente desforestación la calidad de lo que respiramos cada vez de menor calidad.
No hay que perder de vista que tenemos una ventaja, al estar en la costa del golfo de México, los vientos arrastran algunas partículas contaminantes, pero otras -también dañinas- permanecen suspendidas en el medio ambiente.
El director de Ecología en el municipio de Altamira, biólogo Francisco Illescas Martínez, mencionó que “En su tiempo en esta región se tuvieron medidores de la calidad del aire PM10, colocados en el edificio de La Retama y otro en un módulo policial, ambos en el municipio de Altamira, pero en el año 2016 estaban ya deshabilitados, no los recibimos operando”.
La misma situación se registró en Ciudad Madero, donde los medidores se localizaban en indicaciones de la Refinería Madero, pero desde hace al menos una década que están en desuso.
Estos medidores cumplieron su tiempo de vida útil y jamás fueron renovadas, aun cuando es necesario tener identificadas para conocer qué es lo que respiramos. Lamentablemente no ha habido suficiente interés oficial en conocer a fondo que está pasando con lo que respiramos aun cuando estas condiciones son consideradas factor para problemas de salud tan graves como el cáncer en diversos órganos.
“Los medidores PM10 son para partículas muy grandes y en nuestra zona se requiere un PM5 o un PM 2.5 que mida partículas pequeñas que son las que quedan suspendidas en el aire que respiramos en nuestra zona, según un dictamen del Gobierno de la entidad”, agregó Francisco Illescas Martínez.
El entrevistado precisa que el municipio de Altamira está dentro del Programa ProAire a nivel Tamaulipas y en la zona sur del estado solo participa conjuntamente con Tampico y tiene como finalidad llevar a cabo una medición en la calidad del aire que permita contar con un parámetro de lo que se respira, esto en base a un estudio que se hizo en el 2019.
El estudio se publicó a principios del año 2020 donde se precisan las fuentes de mayor generación es el transporte público, la industria y negocios como pollerías, rosticerías, lavanderías que emiten contaminantes a la atmósfera.
“Con base al resultado del estudio se iba a determinar dónde colocar los medidores para saber que partículas son las que se encuentran suspendidas en el aire, hasta ahora no ha sido eso posible debido a que el análisis quedó en la primera etapa que era el diagnóstico del estado respecto a la calidad del aire que respiramos en los municipios que participaron en la zona sur”, puntualizó.
TALA DE ÁRBOLES, OTRO IMPACTO AL AIRE
El Inventario Estatal y Forestal de Suelos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) señala que gracias a la ubicación geográfica del estado de Tamaulipas se integra por tres regiones fisiográficas: la Sierra Madre Oriental, Grandes Llanuras de Norteamérica y Llanura Costera del Golfo Norte.
Pero pese a esta bondad poco a poco hemos estado devastando nuestra rica flora, en el caso como Altamira hasta hace 20 años se tenía en su zona urbana gran cantidad de árboles de pie que fueron derribados para dar paso al crecimiento de la mancha urbana. Hoy son colonias como Arboledas, Jardines de Arboledas, Lagunas de Miralta, Monte Alto, Miramar, Las Haciendas entre otros.
Para el biólogo Francisco Illescas Martínez “el recurso forestal de Tamaulipas es muy diverso ha habido áreas propiamente desforestadas en su momento para la actividad agrícola de temporal, recordemos que el municipio de Altamira era un bosque de Encinos en su mayoría, que con el desarrollo urbano y portuario se ha ido reduciendo esa riqueza forestal que teníamos”, explicó.
Actualmente en esta municipalidad el desarrollo urbano se está cuidando sin dañar el recurso forestal, “los altamirenses y todos los habitantes de la zona sur de la entidad estamos para aumentar el recurso forestal, para que tengamos una mejor calidad de aire, tratar de causar los menores impactos”.
La región ha sido privilegiada por la madre naturaleza, al contar con una gran cantidad de manglares por su ubicación geográfica colindante con el sistema lacunario, el mar y los ríos que existen en este territorio. Este tipo de vegetación, que reproducen diversas especies, también funcionan como una fuente natural de consumo de bióxido de carbono del aire.
Illescas agregó que por su protección “Los manglares no han tenido tanto impacto sobre ello, la gente y las empresas han tomado conciencia sobre su importancia y si llega haber una tala es para auto consumo de aquellas comunidades o colonias que están cercanas a la zona de un manglar que tienen para compartir gas pues lo utilizan como leña”, agregó el biólogo Illescas Martínez.
VIVEROS LA POSIBILIDAD DE RESPIRO
Ante la mala calidad del aire que enfrentamos en la región, los viveros municipales se han convertido en la posibilidad de dar un respiro a la zona urbana.
El director de Ecología de Altamira, Francisco Illescas Martínez refirió que el municipio ha iniciado un intenso programa de reforestación a fin de crear la conciencia del medioambiente en las nuevas generaciones.
Mediante estas acciones a escuelas de nivel básico les dona plantas de diferentes especies, para que la comunidad en general, pero en especial los niños conozcan como sembrar, cuidarla y protegerlas, pues un árbol otorga múltiples beneficios al ser humano desde una refrescante sombra hasta almacenar agua.
“El vivero sigue trabajando este no se ha detenido por los efectos de la pandemia del Covid-19, se tiene alrededor de 300,000 plantas, recibimos una donación muy fuerte de la fundación Grupo México por medio del programa Vagón Verde en la que se entregó al municipio 150,000 plantas de diferentes especies y nosotros a nivel local producimos la otra mitad”, agregó Illescas Martínez.
En dicho vivero se observan plantas de diferentes especies que son obsequiadas al público en general, empresas privadas, instituciones públicas, centros educativos siempre y cuando demuestre donde lo va a sembrar y que haya un compromiso de cuidar el medio ambiente.
LO QUE SE SIEMBRA EN EL CAMPO, SERA FUTURO PARA TODOS
Residente del ejido Aquiles Serdán en el municipio de Altamira, el agricultor y pescador Mariano Castillo ha sido integrado en el programa “Sembrando Vida” del Gobierno federal.
“Todo lo que sembremos en el campo será un futuro para la humanidad, tienes que invertir tiempo y dinero, afortunadamente ahorita el gobierno nos lo está proporcionando y tenemos confianza de que en un plano no mayor a cinco años tengamos una mejor vegetación en nuestro municipio” dijo Mariano.
En Altamira serán 500 los beneficiarios en 22 ejidos, de los cuales cada uno deberá sembrar en 2.5 hectáreas plantas de especie que crean que se vaya a reproducir y que ayudará al cuidado del medio ambiente.
“Estos terrenos mis antepasados lo desforestaron para llevar a cabo la actividad de la ganadería o siembra de cultivos por temporal, hoy casi no llueve y eso afecta la agricultura y ganadería, pues no está la tierra preparada para sembrar y ya no es negocio tener ganado en pie”, explicó Mariano Castillo.
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