Lector(a) de EL SOL DE TAMPICO, permítenos hacer un ejercicio de imaginación. Estamos en la última morada de los muertos. Alrededor de nuestros pies se ciernen cientos de tumbas. Quien antes era parte de la cotidianidad, ahora ya no lo es más. Existen muchas historias sobre la muerte; hay quienes, en el mundo de los vivos, aseguran haber habitado el extraño límite entre ser y no ser.
En la “Apología de Sócrates”, de Platón, Sócrates creía que la muerte era el mayor de los bienes y el mayor de los males. La afirmación correspondía al hecho de que sobre ella cualquier cosa puede ser cierta, pues no se sabe nada.
No vuelves de la muerte para morir
“Dios no regresa a los muertos a morir. Eso fue lo que aquella mujer me dijo mirándome a los ojos. Estuve clínicamente muerta por un par de minutos. Salí del quirófano y cuando estaba en el postoperatorio, me desvanecí. Mientras intentaban resucitarme, mi familia me alcanzó a ver con la lengua de fuera, dicen que mi piel tenía un tono gris. Cuando desperté, yo no quería estar aquí”, nos comentó en entrevista para EL SOL DE TAMPICO Gabriela Hernández.
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En la actualidad, Hernández tiene un título de psicología, es trabajadora del gobierno, empresaria, mamá de familia y esposa, antes de eso, estudiaba enfermería y fue diagnosticada con depresión clínica aguda. En medio de una operación estética sufrió un paro cardiorrespiratorio y murió por unos cuantos minutos.
“Yo podía verme. Me veía afuera de mí y una parte quería irse, pero cuando abrí los ojos estaba de nuevo aquí. Acudí a diversos especialistas de la salud, pero nada me convencía. Creí que tras la cirugía iba a verme mejor, pero no me sentía a gusto con quién era. Mi cuerpo me estorbaba. Yo no quería estar viva”, continuó la entrevistada.
“En un momento de desesperación, a mi mamá le hablaron de una adivina, así que me llevó hasta allí. Cuando entré al lugar, la mujer me vio y me dijo: 'Dios no regresa a los muertos a morir. Te dejaron vivir, ¿qué vas a hacer con tu tiempo? Vete de aquí, deja de extrañar a la muerte'. Salí de ese lugar y no volteé hacia atrás. Esa frase me persigue desde ese día: Dios no regresa a los muertos a morir”, prosiguió Gabriela Hernández.
“No todo es perfecto. A veces tengo arranques de ansiedad, momentos en los que todo me molesta, instantes en los que tengo que respirar y calmarme. A veces exploto. Abandoné mi carrera de enfermería y me fui a psicología, porque para mí, el alma está en la mente. Y mi mente está viva”, concluyó la entrevistada.
¿Qué es verdad y qué es mentira?
“La muerte es un tema que ha intrigado a la humanidad desde siempre. Es un misterio que nos acompaña desde que nacemos. Todos nos preguntamos qué hay después, qué significa la vida y cómo enfrentarnos a lo inevitable. En ese sentido, la muerte no es sólo un evento biológico; también tiene significados culturales, espirituales y emocionales”, refirió Juan Rafael Hernández Palmer, psicólogo, para esta casa editora.
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Al ser abordado sobre el tema de las experiencias cercanas a la muerte y cómo son percibidas desde el campo de la psicología, Hernández Palmer expresó: “¿Has escuchado hablar de personas que han estado cerca de morir y han visto luces, han sentido paz o han hablado con seres queridos que ya no están? Esas son las experiencias cercanas a la muerte. Aunque la ciencia aún no explica qué sucede, estos episodios son muy reales para quienes los viven”.
“Una experiencia cercana a la muerte (ECM) es un fenómeno que ocurre en personas que han estado al borde de la muerte o han pasado por un trauma muy grave. Es un tema que interesa, intriga y que se transmite de boca en boca y de generación en generación”, prosiguió el entrevistado.
“Estas experiencias son popularmente identificadas porque se experimenta una paz profunda, la sensación de salir del cuerpo, ver túneles de luz, encontrarse con seres queridos que ya han fallecido o sentir una conexión con todo lo que existe. Sin embargo, a veces, pueden causar confusión, ansiedad y dificultades para volver a la rutina diaria”, aclaró Hernández Palmer.
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Ante la pregunta de por qué existe quien afirma que “siente la muerte cerca", el entrevistado respondió: “Algunas personas dicen tener la sensación de que su tiempo se está acabando. Puede ser por cambios en su cuerpo, como dolores o cansancio, o por una sensación de paz interior. Reflexionar sobre la muerte nos lleva a cuestionar el significado de la vida. Lo importante es encontrar una manera de vivir con la muerte que nos brinde paz y tranquilidad”.
Hasta aquí termina nuestro recorrido por las experiencias cercanas a la muerte. En medio de un cementerio, rodeados por aquellos que dejaron de existir y al ser conscientes de nuestra mortalidad, nos preguntamos: ¿hay vida después de morir? y, si nos vamos ahora, ¿estamos conformes con la existencia que dejamos atrás?
