Para aprovechar el agua salada que abunda en el sur de Tamaulipas y ante los problemas de desabasto, ambientalistas ven viable la instalación de plantas de salinizadoras.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Esta región que se ha destacado por su potencial turístico, portuario e industrial enfrenta una de sus peores crisis debido a que la falta de lluvia y las fugas en el sistema lagunario del Chairel permiten el ingreso de agua salada que proviene del río Pánuco conectado al Golfo de México.
Pese a las promesas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el proyecto para almacenar el líquido aún no inicia; en total se requieren 80 millones de pesos, de los que estiman aportar apenas 40 millones.
El director de la Asociación Mediadora para el Bienestar Inteligente y Ecológico, Miguel Ángel Verástegui Cavazos, destacó que este tipo de infraestructura podría tener un costo de 200 millones de pesos y que ha sido una apuesta con buenos resultados en países árabes.
“¿Por qué no mirar hacia el mar? Ya está muy avanzada la ciencia, como lo hace toda la zona del Medio Oriente, toda esa potabilización a base del agua del mar”, dijo a El Sol de Tampico.
Señaló que si el agua solamente se utiliza para la industria el costo es menor ya que se genera líquido neutro.
“Hoy en día no es tan caro ni tan imposible instalar plantas desalinizadoras, pueden llegar a costar unos 200, 250 millones de pesos para hacer plantas potabilizadoras”, agregó.
Detalló que para poder desarrollar este proyecto Tampico y su zona metropolitana requieren de estudios de hidráulica y crecimiento poblacional que permitan definir su potencial y sus necesidades.
“Se tienen que hacer estudios, si no cómo comenzamos y saber de dónde partir. Nos faltan estudios bióticos. Los estudios socioeconómicos que tomen en cuenta la tendencia poblacional para saber para cuánto me van a dar los servicios que tengo”.
El consultor en proyectos relacionados con el agua, José Luis León Hurtado, destacó que este tipo de plantas son una alternativa que deberían considerar las autoridades.
“Tenemos agua, demasiada agua salada, ante la crisis que estamos pasando no es una mala idea abrirse a la posibilidad de instalar plantas para desalinizar, quizá esto sea el futuro, tomando en cuenta la gran cantidad de agua salada que existe en el mundo”, apuntó.