Los campos pesqueros de Tamaulipas que afrontan sobrexplotación por la pesca furtiva, a consecuencia de que la Federación gasta cada vez menos en acciones de inspección y vigilancia, y en últimos años los porcentajes de extracción de ostion, jaiba, camarón y escama de alto valor, sean preocupantes.
Esa práctica que se acentuó en últimos años, en ríos y lagunas han diezmado casi a la mitad la producción actual de una gran variedad pesquera, que en otros tiempos sostenían a más de nueve mil familias.
Enrique Lozano Garza y Canuto González, líderes de las Federaciones de Sociedades Cooperativas del norte y sur de Tamaulipas, respectivamente, coincidieron son numerosas las especies comerciales que se encuentran al borde de la sustentabilidad, además de causar castigos del gobierno de Estados Unidos, que en años pasado suspendió asimismo la compra de camarón mexicano y en este mes cerró sus puertos a barcos del Golfo de México.
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Hasta hace poco más de diez años Tamaulipas aportaba una producción anual superior a las 100 mil toneladas de escama y crustáceo, actualmente las cifras reportadas por la Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura apenas alcanza las 55 mil toneladas, indicó Enrique Lozano.
El saqueo no solo ha destruido los ecosistemas, ya dañados por contaminación industrial y urbana, además de cambio climático, sino que han desaparecido a especies como el catán, guapota, entre otras diezmando poblaciones de trucha pinta, blanca, mojarra, sargo, jurel, lisa, lebrancha, sostén económico de miles de familias.
Según datos de Conapesca en el 2020 la entidad reportó capturas por 55 mil 212 toneladas con un valor comercial de 1,787, 887, sin embargo esas cifras representan entre el 50 y 60% del volumen total que se extrae y comercializa, no en el mercado negro, sino directamente en tianguis, mercados y establecimientos, apuntó.
El furtivismo, es un mal regional, pues ha destruido los centros pesqueros del sistema lagunario Chairel, San Andrés, Morales y Laguna Madre, las cuales probablemente operen a la mitad de su capacidad.
Canuto González, dirigente de cooperativistas en el sur de Tamaulipas, indicó que ha sido desafortunado que no haya presupuesto para ampliar recursos humanos y equipamiento para la vigilancia, y acabar con el uso indiscriminado de redes altamente nocivas para todas las especies. Considera que no todo es culpa del gobierno, sino de la falta de cultura y conciencia entre la población dedicada a esta actividad y dejar de utilizar mallas prohibidas, que merman la riqueza pesquera.
“Hay un círculo vicioso, el gobierno no hace lo que debe, los pescadores no tienen otro sustento de vida y entonces no hay respeto a las especies pesqueras, otrora abundantes en esa reserva natural tamaulipeca”. Para la Secretaría de Pesca y Acuacultura, la pesca furtiva genera pérdidas del 30% sobre el valor total de las capturas.