Como un problema de salud pública están considerados diversos edificios en la periferia de la zona centro de la ciudad al estar convirtiéndose en basureros clandestinos no solo en su interior sino en las aceras, lo que ha generado una proliferación de fauna nociva.

“Estamos enfrentando una plaga de roedores, pero además la contaminación ha crecido mucho, pues muchos de los edificios expiden olores putrefactos y nadie se hace cargo de esta situación que está llegando a convertirse en un problema de salud pública y puede salirse de control”.

Expuso lo anterior Carlos Rodríguez Castillo, quien administra un local en la calle Salvador Díaz Mirón, indicando que “existe ya una problemática que va más allá de la buena imagen de la ciudad o la conservación de los inmuebles, pues en cualquier momento puede impactar en la salud de quienes trabajamos o viven cerca de estos focos de infección”.

Indicó que desde hace varios meses se planteó a las autoridades de salud y al municipio sobre la condición en la que se encuentran los inmuebles para que se tomen las medidas necesarias y se obligue a los propietarios a realizar la limpieza debida ante la acumulación de basura que se tiene ya en algunos edificios”.

“Es importante que el Ayuntamiento efectúe una descacharrización de los edificios para paliar un poco la contaminación que se tiene, pero además el sector salud y Protección Civil también tienen que actuar para disminuir los riesgos a la población que pasa, que labora y que vive en los alrededores de los inmuebles en estas condiciones”, concluyó.