Además de las descargas de aguas negras, industriales, derrames de hidrocarburos de las plataformas petroleras y la contaminación de la misma ciudadanía que arroja todo tipo de plásticos en las calles y cuyos desechos en tiempo de lluvias son arrastrados y llegan a los ríos que a su vez los llevan al mar, siendo este el de mayor riesgo para la fauna marina, se suman otros contaminantes como el auditivo que afecta a la fauna marina.
De acuerdo a ambientalistas, debido a la pérdida de la conciencia humana, los ríos y los mares son el destino final de toneladas de basura y descargas de todo tipo que provienen de las ciudades.
El presidente de la Asociación Mediadora para el Bienestar Inteligente y Ecológico de Tamaulipas (Ambientam), Miguel Ángel Verástegui Cavazos, señaló que la suma de todos estos contaminantes además de acabar con la fauna marina, produce un efecto que cada vez más invade las playas de México: el sargazo.
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“Estamos viendo que cada año hay más producción de sargazo que se reproduce abundantemente en zonas donde convergen las corrientes oceánicas al este del caribe y es porque en el mar hay nuevos 'nutrientes' que favorecen el aumento de producción de esta fauna marina y no es otra cosa que materia fecal, el aumento del PH y temperatura del mar en esa zona que arrastra hacia dentro del caribe esa alga que al llegar a las costas, produce no solo invasión de las zonas turísticas sino que genera un olor fétido al estar fuera del agua”, expresó.
Verástegui Cavazos señaló que el plástico ha sido uno de los peores contaminantes que hay en el océano y que son arrojados por las personas causando, además de contaminación, la muerte de especies marinas así como de aves que confunden este material con comida.
Señala que en el caso del Golfo de México hay descargas de todo tipo, industriales y de aguas negras, además a todo esto se suma lo que es la contaminación auditiva con el gasoducto TransCanada, que se cree ha empezado a generar sordera en algunas especies marinas como lo es la tortuga lora. “Debido a la presencia de las instalaciones marinas, las tortugas están presentando sordera, precisamente por la contaminación por el ruido submarino, este fenómeno casi no se ha estudiado, pero un servidor se dio a la tarea de hacer la investigación de ese efecto debido a la instalación del ducto TransCanada”, afirmó.
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Verástegui Cavazos lamentó que este tipo de contaminación no sea tipificado como un delito, por lo cual sería muy complicado que se terminara esta problemática y solo queda la concientización a los seres humanos para no acabar nosotros mismos con nuestro entorno natural.
“Nos estamos suicidando lentamente gracias a esa falta de conocimiento, gracias a la depredación y contaminación que nadie lo ve como delitos ambientales, es más, no existe aún el sustantivo delincuente ambiental, ni tampoco el analfabeta ambiental”, indicó.
Finalmente señaló que en nuestro país hay ya muchas leyes como la de Responsabilidad Ambiental, la Ley General de Protección al Medio Ambiente y sus reglamentos, Ley de Aguas Nacionales, la contaminación no se ha detenido. Ya con todos estos factores, en un vaso de agua tomado del océano podría haber cientos de contaminantes que en conjunto están acabando con la vida y fauna marina.