Uno de los grandes pendientes en las ciudades medias como la de Tampico y la zona conurbada, es la inversión en nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales que ayudará a bajar la presión en la demanda de agua para el sector de agricultura y de la industria, señaló Martín Alfredo Alegría, director de CIBRUC y catedrático de la UAM. "Hasta el momento nadie se ha puesto serio y proactivo, más de la mitad del país necesita una solución al problema del agua, todos usamos el agua y nuestro país se irá al traste al ritmo que vamos", agrega.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Existen plantas modulares de aguas residuales que desarrolló Alfonso Espitia Cabrera, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, y que podrían ser útiles en muchas colonias del sur de Tamaulipas.
"Una planta modular de tratamiento de agua residual tendría un costo de 3 pesos por cada mil litros de agua tratada, es muy barato y para 90 litros por minuto cerca de 120 millones de pesos, la ventaja es que al ser modular no se necesita encauzar toda el agua de un municipio y hacer drenajes profundos, solo si se tiene de donde sale, se pone una planta de 20 litros por segundo que da a esos terrenos agrícolas, no se requiere una mega infraestructura, sino colocarla a la salida de cada sección y ahí mismo se dota de agua", detalló.
Destacó el especialista del Centro de Investigación sobre Biodigestión y residuos sólidos, que en México las plantas de tratamiento de agua están inoperantes en la mayor parte de los municipios, ya que se prefiere comprar plantas baratas sin importar cuánto cuesta el mantenimiento, se compran tecnología barata con altos costos de mantenimiento, lo que hace que sean inviables.
"En el resto del mundo compran plantas que aunque sean caras, pero que en 20 o 40 años de vida el mantenimiento cuesta poco, el agua que surge se va a una laguna o se usa en agricultura, ya que el peor error es regar con agua potable, porque se está quitando agua para el ser humano para ponerla en agricultura", explicó.
Es preferible que los agricultores paguen por un agua tratada a tener problemas de sequía y que no puedan sembrar.
"Esta planta modular es de ciclo cerrado, es una tecnología que no es degradación orgánica, ya se probó en Morelia y en la Ciudad de México, esta planta tiene una cualidad, que si hay un cárcamo donde llega el agua residual se instala, no tiene nada al exterior, la trata y cuando acabó con esa agua y vació el cárcamo se apaga, y al otro día se prende y limpia el agua, la cual puede salir apta para la agricultura", finalizó.