Con una antigüedad estimada en los cinco mil años, existen en Tamaulipas más seis mil pinturas rupestres, la mayoría plasmadas en abrigos rocosos y cavernas de la sierra chiquita “San Carlos”, en el municipio de Burgos.
Conforme investigaciones de arqueólogos que han estudiado estas piezas y visitado el lugar en algunas de estas expresiones, se habla que las más antiguas tienen 3 mil años a.c. y las más nuevas tienen hasta la época colonial.
El arte rupestre es la manifestación cultural tangible más antigua del mundo que se compone por dibujos, grabados o relieves plasmados en superficies rocosas y se encuentran prácticamente en todo el planeta.
El cronista del municipio de Burgos, Mario González Treviño, explicó que son 4 mil 296 pinturas las que ya se encuentran registradas ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y 2,500 más pendientes de investigación.
Se ubican en los cañones La Noria, La Gomeña, La Aguamiel, El Carricito 1, 2, y 3, Santa Olalla 1, 2, y 3, todas ellas hermosas pinturas rupestres con diferentes expresiones y figuras representativas de la época.
El acceso no es fácil ya que para llegar a ellas se tiene que caminar por lo menos 7 kilómetros, llevar ropa ligera y suficiente líquido, por lo cual se recomienda acudir acompañados de gente que conozca bien el área, ya que algunas fueron realizadas en una altura aproximada de 8 a 10 metros.
Respecto al cuidado de estas pinturas Mario González dijo que “un 30 a 40% han sufrido algunos daños” en muchas de las ocasiones por la misma naturaleza ya que están plasmadas en una bajada de agua o directo al sol y en otras por las personas que las visitan.
LA SIERRA DE TAMAULIPAS GUARDA SECRETOS DEL ARTE RUPESTRE
Para el arqueólogo, Francisco Mendoza Pérez, el estado de Tamaulipas es rico en historia rupestre gracias a los cuatro grupos de antepasados que lo habitaron.
En la zona norte tuvieron presencia los coahuiltecos; mientras que en el centro y sur fueron los indios pisones y janambres, los cuales vivían de la caza, pesca y de la recolección.
En la Sierra de Tamaulipas vivían diversas etnias entre las que destacaban Los Olives, que llamaban a su zona Tamaholipa, fue precisamente Fray Andrés de Olmos quien llamó a la misión de Los Olives, Tamaholipa, que significa “lugar de los olives” o “lugar de montes altos”.
El arte rupestre es el “último grito” de los indígenas, que dejó plasmado lo que sucedía en cada momento, era su forma de representarse, de marcar su territorio y de igual manera llevar las cuentas numéricas y estaciones del tiempo para ayudarse de recolección de alimentos, así como dejaban rastro de sus escenas de la vida cotidiana.
En muchas de las pinturas rupestres que están plasmadas en las zonas serranas del Estado, en ocasiones se pueden apreciar rombos, los cuales representaban el aparato reproductor femenino y en otras la presencia de mujeres casaderas, las cuales eran intercambiadas por otros grupos.
LOS MITOTES
Claramente en las pinturas rupestres se pueden apreciar etapas ocasionales por diversos grupos en los cuales realizaban rituales enfrente de sus pinturas y en ocasiones sus fiestas las cuales fueron llamadas “mitotes”. Los mitotes representaban un hecho social donde había gastronomía, música, danza e intercambio de mujeres entre varios grupos, de igual manera también realizaban fiesta para las guerras, para la paz y para nombrar a nuevos guerreros.
Para poder realizar el arte rupestre fue necesario que las culturas se ayudaran de plantas, grasa vegetal y minerales como el carbón para obtener el color negro, y el rojo del óxido de hierro, la arcilla, óxido de manganeso y en ocasiones se apoyaron de la hematita que es una piedra fácil de encontrar en la región.
En los municipios de Soto La Marina, Aldama, González, Ocampo, Antiguo Morelos también se encuentran los cañones que son El Infiernillo, La Servilleta y el cañón Del Diablo, donde según arqueólogos tamaulipecos han logrado encontrar más de las antiguas manifestaciones.
El arqueólogo tamaulipeco lamentó que el Gobierno federal a través del INAH no desarrolle un proyecto de catálogo de sitios rupestres en Tamaulipas, para su cuidado, difusión e investigación ya que desde el 2012 no ha habido avances de investigación en este tema “sería un gran logro que Burgos y el cañón de Santa Olalla sea el primer sitio rupestre abierto al público en Tamaulipas para que el Estado sea ubicado por su riqueza histórica”.