Tampico Alto, Ver., Junio 12.- Productores de piloncillo de Tampico Alto buscan mercado para comercializar este endulzante artesanal, que aseguran es de gran calidad al ser ellos mismos quienes elaboran todo el proceso desde el cultivo hasta el cocinado y empaquetado final.
Se trata de los sembradores integrantes de la Comunidad de Aprendizaje Campesino (CAC) Agro Zapupera, pertenecientes a la comunidad con el mismo nombre, que se encuentra ubicada en la Brecha Huasteca.
Este grupo se dedica, entre otros cultivos a la siembra de la caña de azúcar de donde extraen, con trapiche de bestia, el jugo de caña o aguamiel que comercializan directamente, así como también producen el pulque de jugo de caña, que se elabora por el proceso de fermentación del mismo jugo.
El producto estrella es el piloncillo
Pero el producto estrella de este cultivo es el piloncillo, dijo Héctor Villar Torres, integrante de este CAC que alberga a unos 30 campesinos que se dedican asimismo a la siembra de otros vegetales que tienen demanda en el mercado.
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Este cultivo de caña de azúcar tiene un desarrollo vegetativo de duración variable, ya que depende de la variedad y además de la influencia del clima, como la temperatura, la humedad y la luminosidad.
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Una cosecha hasta de 17 meses
De la siembra a la cosecha el cultivo puede durar de 14 y hasta 17 meses; en este periodo la caña de azúcar pasa por cinco etapas: Germinación y emergencia, el ahijamiento, el crecimiento, la maduración de la planta de caña se da el proceso de síntesis y acumulación de sacarosa en los tallos de la caña.
La recolección se lleva a cabo entre los 11 y 16 meses de la plantación, cuando los tallos dejan de desarrollarse, las hojas se marchitan y caen y la corteza de la capa se vuelve quebradiza.
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Los productores de caña de azúcar de Zapupera, después del corte llevan la caña al molino o trapiche de bestia, es decir tirado por una caballo, para extraer el jugo que luego pasa por un proceso de cocción para eliminar la humedad y espesar el dulce y posteriormente al vaciado de los moldes en forma de vaso donde adquirirán la forma.
Una vez fríos los piloncillos son empaquetados en hoja de palma, en mancuernas de dos piezas, para ser dispuestos para su venta al público en general.