Estudiantes de la Escuela Telesecundaria “Ignacio Manuel Altamirano” ubicada en el ejido El Barco, una comunidad asentada en la zona rural del municipio de Pueblo Viejo, en la zona norte de Veracruz, se han convertido en un referente cuando de buscar vestigios de la cultura tének se trata, prácticamente unos especialistas que viven lo que muchos niños y adultos sueñan, respecto a la búsqueda y hallazgo de objetos y fragmentos de los utensilios y herramientas que los antepasados utilizaron hace ya varios cientos de años.
GUIADOS POR EL MAESTRO Y DIRECTOR JESÚS ARTEAGA FLORES
La inquietud y el interés que estos estudiantes de los tres niveles de educación básica están mostrando por el tema de la arqueología, es algo con lo que han vivido desde pequeños, tal vez en ese entonces sin dimensionar la importancia de los objetos que han encontrado jugando, realizando alguna actividad en el patio de sus casas, en alguna labor en los campos de cultivo o terrenos de pastoreo.
Esto lo descubrieron cuando vieron los libros de texto de las materias que cursan en la escuela, donde a través de figuras y textos mostraban la forma de vida de los antepasados que integraron las diferentes culturas que vivieron en el país y de las cuales, algunos descendientes siguen ocupando esos espacios.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Todo han logrado descubrirlo con la ayuda del maestro Jesús Eduardo Arteaga Flores, también director de esa escuela, quien con paciencia, dedicación, esmero y el ejemplo ha guiado a los estudiantes para interesarse por conocer la forma de vida de los antepasados, sus costumbres y tradiciones.
VESTIGIOS DE CIENTOS O MILES DE AÑOS
Y es que al recorrer las calles del ejido El Barco, al mirar el suelo, se pueden apreciar numerosos fragmentos de barro cocido que alguna vez fueron un vaso, un plato, un jarro, la cazuela, el comal, un molcajete, una sartén, algún juguete o una figura decorativa, indicio de la gran cantidad de personas que cientos o miles de años atrás poblaron esta región.
➡️ También te puede interesar: Tampico y sus pirámides: cuando la energía fluía por el agua [Video]
En una clase, el profesor Jesús Eduardo Arteaga invita a sus alumnos a abrir uno de sus libros donde se habla de la historia de los antepasados de México, y enseguida aparecen las imágenes de utensilios del hogar, figuras de barro, que los avezados alumnos identifican plenamente, pues no solo conocen este tipo de figuras, sino que algunos han tenido contacto con ellas, algo, como se menciona al inicio de este artículo, con lo que muchos niños e inclusive adultos de otras comunidades, ciudades o estados han soñado en su vida.
LOS ESTUDIANTES VIVEN EL SUEÑO DE MUCHOS
Por ello los estudiantes de la Telesecundaria “Ignacio Manuel Altamira” del ejido El Barco son unos especialistas, han agudizado su mirada y en el caminar diario de la casa a la escuela, en un mandado, jugando solos o en grupo, han encontrado piezas prehispánicas que han sorprendido al maestro Eduardo Arteaga, quien les ha enseñado a observarlas, analizarlas y si es posible clasificarlas para su resguardo en el plantel, un sueño de muchos jóvenes estudiantes y también de adultos.
El profesor se ha dado a la tarea de resguardar las piezas y clasificarlas, algunas de ellas bien conservadas en sus porciones, ya que la mayoría son partes de figuras que reflejan a detalle el esmero que los creadores imprimían como sello de su cultura y en los fragmentos de lo que fueron alguna vez utensilios del hogar se puede observar que de acuerdo al servicio para el que se destinaba la obra era el grueso del barro utilizado.
Parte de los trabajos en la escuela consiste en que los alumnos salen al patio con brocha, espátula y pequeños cepillos, para buscar piezas o fragmentos de las mismas, que prácticamente se encuentran por doquier, luego las analizan para saber a qué perteneció, si a un vaso, un plato, una cazuela o vasija.
Uno de los estudiantes, en su caminar de su casa a la escuela descubrió sobre la superficie del camino una punta de flecha de obsidiana blanca, un hallazgo que llamó la atención y que anima a los jóvenes estudiantes en este interesante tema que resulta atractivo para el sector educativo del norte de Veracruz.
EL MAESTRO RURAL
El maestro rural Jesús Eduardo Arteaga Flores ha mostrado dedicación a la labor docente que desempeña en la telesecundaria de la comunidad El Barco, a donde llega después de desplazarse casi 32 kilómetros que incluyen carretera, camino de terracería, tránsito por potreros, cruce en lancha del río Pánuco y andar a pie en un camino entre sembradíos de caña para llegar a la institución educativa donde labora, y este mismo recorrido es el de regreso a su hogar, lo que suma más de 60 kilómetros de travesía.