La letra muerta de las leyes ambientales ha dejado como saldo 60 mil hectáreas agrícolas sin uso y al borde del colapso cuerpos de agua, como el río Tigre, las lagunas Garrapatas, El Conejo y El Chango por las descargas industriales de la industria petroquímica y derrames petroleros en el sur del estado.
Investigaciones elaboradas por especialistas del Conacyt, Universidad Autónoma de Tamaulipas y el propio Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (Cicata) Altamira, advierten que en los últimos cinco años, la contaminación del agua y suelo avanzó en municipios de Altamira y González a causa de la deficiente vigilancia e inspección de la autoridad ambiental y el incumplimiento a la protección de la industria y empresas como Pemex, aseguró José Luis León Hurtado, directivo del Consejo Ciudadano del Agua del Estuario del Río Pánuco.
Cuerpos de agua o humedales que rodean la zona costera del corredor industrial están destruidos y prácticamente han desaparecido la flora y la pesca, que en otras épocas daban de comer a familias de la zona, principalmente en las lagunas El Chango o Conejo y una parte del río Tigre, aseguró.
Aseguró que esos estudios que se mantienen bajo reserva, demuestran que el agua de esas zonas es de pésima calidad y amenaza la salud humana si son usadas, porque hay descargas de distintos tipos de productos químicos, que los tienen colapsadas.
Dijo que si bien las propias empresas se autoevalúan y determinan su grado de contaminación, la aplicación de la Ley Ambiental por la Profepa o la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ha sido demasiada blanda y tampoco hay inspección y vigilancia para comprobar si cumplen con la normatividad.
Además, las constantes fugas de hidrocarburos en líneas o válvulas de Petróleos Mexicanos se ha sumado a esta destrucción, pues son más de 60 mil las hectáreas de uso agrícola en los municipios de Altamira y González, donde no existen programas de recuperación de los predios, ni tampoco indemnización a los campesinos, criticó.
AMENAZA CRECIENTE
Dijo que la llegada de inversiones en materia energética aumenta la amenaza de contaminación para la entidad y en especial para la zona, lo que reclama que el Gobierno del Estado y la Federación apliquen acciones para la protección de la naturaleza.
"Se está hablando de inversiones millonarias en proyectos petroleros, lo que aumenta los riegos de destrucción ambiental y toca a la ciudadanía exigir que el gobierno haga lo suyo y las empresas apliquen medidas para reducir el impacto a la ecología".
Insistió que el problema latente del rompimiento del cordón litoral costero contiguo a las lagunas colapsadas por residuos petroquímicos agravan el riesgo a las comunidades asentadas en el corredor industrial de Altamira, lo que es un desafío medio ambiental social y económico que enfrentar.
CIFRAS
Setenta derrames de hidrocarburos han ocurrido en suelos agrícolas en seis años en esa periferia.
La contaminación industrial afecta ya a los humedales en los ejidos Barberena, sector Garrapatas, Dulce, Salado Norte, Cañón, Conejo Norte, Conejo Sur y Chango en la zona costera de Altamira.
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