/ viernes 13 de noviembre de 2020

Parteras empíricas, el arte de traer vida

La partería es una actividad ampliamente difundida y realizada en prácticamente todo el mundo

Hasta hace unos años dar a luz en casa era algo habitual, máxime en las zonas rurales de la región, las parteras o comadronas que con conocimientos empíricos recibían al bebé.

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La partería es una actividad ampliamente difundida y realizada en prácticamente todo el mundo, sin embargo la definición, el concepto y el significado que cada cultura da a sus parteras varía mucho en concordancia con su propio sistema de usos y costumbres, pero también puede variar entre personas dentro de una misma cultura, independientemente de su cosmovisión.

Son quienes proporcionan la atención prenatal, prevención, detección de complicaciones y atención de emergencias en caso de no contar con personal médico calificado.

El médico ginecólogo, Pedro Cuauhtémoc Cruz Gómez aseguró que “la partera o partero es cualquier persona que dedique su labor al proceso obstétrico, independientemente de su grado de profesionalización”.

Aproximadamente, 85% de los partos registrados en México son atendidos en alguna institución de salud, sin embargo, en los estados en que la mortalidad materna presenta cifras más elevadas como Chiapas, Guerrero y Oaxaca la atención de parto institucionalizado disminuye a 70%.

Aproximadamente, estos partos son atendidos en su mayoría por parteras tradicionales, ya sea en respuesta a su sistema de usos y costumbres en los que se incluye el sistema de salud tradicional o por ser la única alternativa, también por la poca aceptabilidad de la población a recibir atención institucional por desconfianza o incompatibilidad cultural, o bien, por encontrarse lejos de un hospital, por mencionar algunos aspectos. La partería en el sistema de salud tradicional predominantemente en regiones con población indígena y rural ha sido invisibilizado, relegado y hasta satanizado por el sistema de salud institucional. A pesar de la normativa mexicana para la atención de la mujer durante todo el proceso obstétrico desde su origen hasta su reciente actualización en el año 2010, así como demás lineamientos y programas de acción específicos para la atención materna.

Incluyen elementos interculturales para la atención en salud materna y perinatal, en los hechos aún existe una brecha importante para lograr una adecuación intercultural en los servicios de salud en México.

En la década de los 70, por decreto presidencial se identificó y capacitó a este personal de parteras con la intención de mejorar el proceso de la atención del parto e identificar complicaciones.

Hoy con la política actual, con el mejoramiento de la atención de salud de toda la población de México, mejorando en su cobertura y calidad de atención se ha retomado la identificación regional de estos personajes para una completa capacitación obstétrica, calificada y en casos certificada.

De esta manera, se enfrenten a este proceso del embarazo, parto y puerperio, con el fin de tener la capacidad básica de identificar complicaciones para su envío a un hospital de atención básica, y de esta forma disminuir la mortalidad materna.

10 AÑOS SIN MUERTE MATERNA

De acuerdo con informes de la Secretaría de Salud a través de la Jurisdicción Sanitaria I con sede en Pánuco, Veracruz, los 12 municipios que comprenden esta jurisdicción reportan que tienen más de 10 años sin muerte materna al ser capacitadas las parteras.

Sergio Luis Ramírez Argüelles, titular del departamento de Salud Productiva de dicha dependencia, dio a conocer que, actualmente las parteras siguen siendo importantes pues no se ha ido perdiendo esta práctica, al contrario, se capacita dos veces al año a este sector por parte del personal de esta área de salud a través de zonas.

Indicó que, en los centros de salud del área urbana y rural reciben su taller cada mes en donde se les certifica como parteras tradicionales con censo nacional de parterías.

Actualmente, en la zona norte de Veracruz cuentan con 340 parteras en los 12 municipios de la Jurisdicción Sanitaria I, "tenemos más de 10 años sin muerte materna, debido a que las parteras están capacitadas y certificadas, cuentan con equipo instrumental médico para la atención de partos en sus domicilios", indicó Sergio Luis Ramírez.

Existe una carrera para el fortalecimiento de la partería profesional en la Universidad de Tulancingo, que actualmente se cuenta con una de ellas en la zona norte, pues es una carrera nueva y seis con este nivel de licenciatura en todo el estado de Veracruz.

En la zona rural existe en personas con auxiliares de salud, las apoyan para atender a las embarazadas que sean diabéticas, hipertensas, pues es un factor de riesgo, por ello las vigilan durante los nueve meses para evitar la muerte materna.

Ramírez Argüelles dijo que, las parteras se capacitan dos veces al año en los meses de abril y noviembre, pero en este año se suspendió esta importante actividad a causa del Covid-19. Las autoridades del gobierno de Veracruz consideran el valor de las parteras y apoyan su labor con la coordinación de la atención médica en las instituciones de salud para que cuenten con una verdadera atención digna y segura a las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio.

Por ello, los servicios de salud de Veracruz han destacado la necesidad de proteger y preservar esa práctica ancestral, posibilitar su ejercicio y el acceso a la misma en condiciones pertinentes.

En estos momentos se acabó el problema que enfrentaba antes una partera, el rechazo a esa actividad, con el argumento de que la mejor atención solo la pueden otorgar las instituciones de salud.

Hasta hace unos años dar a luz en casa era algo habitual, máxime en las zonas rurales de la región, las parteras o comadronas que con conocimientos empíricos recibían al bebé.

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La partería es una actividad ampliamente difundida y realizada en prácticamente todo el mundo, sin embargo la definición, el concepto y el significado que cada cultura da a sus parteras varía mucho en concordancia con su propio sistema de usos y costumbres, pero también puede variar entre personas dentro de una misma cultura, independientemente de su cosmovisión.

Son quienes proporcionan la atención prenatal, prevención, detección de complicaciones y atención de emergencias en caso de no contar con personal médico calificado.

El médico ginecólogo, Pedro Cuauhtémoc Cruz Gómez aseguró que “la partera o partero es cualquier persona que dedique su labor al proceso obstétrico, independientemente de su grado de profesionalización”.

Aproximadamente, 85% de los partos registrados en México son atendidos en alguna institución de salud, sin embargo, en los estados en que la mortalidad materna presenta cifras más elevadas como Chiapas, Guerrero y Oaxaca la atención de parto institucionalizado disminuye a 70%.

Aproximadamente, estos partos son atendidos en su mayoría por parteras tradicionales, ya sea en respuesta a su sistema de usos y costumbres en los que se incluye el sistema de salud tradicional o por ser la única alternativa, también por la poca aceptabilidad de la población a recibir atención institucional por desconfianza o incompatibilidad cultural, o bien, por encontrarse lejos de un hospital, por mencionar algunos aspectos. La partería en el sistema de salud tradicional predominantemente en regiones con población indígena y rural ha sido invisibilizado, relegado y hasta satanizado por el sistema de salud institucional. A pesar de la normativa mexicana para la atención de la mujer durante todo el proceso obstétrico desde su origen hasta su reciente actualización en el año 2010, así como demás lineamientos y programas de acción específicos para la atención materna.

Incluyen elementos interculturales para la atención en salud materna y perinatal, en los hechos aún existe una brecha importante para lograr una adecuación intercultural en los servicios de salud en México.

En la década de los 70, por decreto presidencial se identificó y capacitó a este personal de parteras con la intención de mejorar el proceso de la atención del parto e identificar complicaciones.

Hoy con la política actual, con el mejoramiento de la atención de salud de toda la población de México, mejorando en su cobertura y calidad de atención se ha retomado la identificación regional de estos personajes para una completa capacitación obstétrica, calificada y en casos certificada.

De esta manera, se enfrenten a este proceso del embarazo, parto y puerperio, con el fin de tener la capacidad básica de identificar complicaciones para su envío a un hospital de atención básica, y de esta forma disminuir la mortalidad materna.

10 AÑOS SIN MUERTE MATERNA

De acuerdo con informes de la Secretaría de Salud a través de la Jurisdicción Sanitaria I con sede en Pánuco, Veracruz, los 12 municipios que comprenden esta jurisdicción reportan que tienen más de 10 años sin muerte materna al ser capacitadas las parteras.

Sergio Luis Ramírez Argüelles, titular del departamento de Salud Productiva de dicha dependencia, dio a conocer que, actualmente las parteras siguen siendo importantes pues no se ha ido perdiendo esta práctica, al contrario, se capacita dos veces al año a este sector por parte del personal de esta área de salud a través de zonas.

Indicó que, en los centros de salud del área urbana y rural reciben su taller cada mes en donde se les certifica como parteras tradicionales con censo nacional de parterías.

Actualmente, en la zona norte de Veracruz cuentan con 340 parteras en los 12 municipios de la Jurisdicción Sanitaria I, "tenemos más de 10 años sin muerte materna, debido a que las parteras están capacitadas y certificadas, cuentan con equipo instrumental médico para la atención de partos en sus domicilios", indicó Sergio Luis Ramírez.

Existe una carrera para el fortalecimiento de la partería profesional en la Universidad de Tulancingo, que actualmente se cuenta con una de ellas en la zona norte, pues es una carrera nueva y seis con este nivel de licenciatura en todo el estado de Veracruz.

En la zona rural existe en personas con auxiliares de salud, las apoyan para atender a las embarazadas que sean diabéticas, hipertensas, pues es un factor de riesgo, por ello las vigilan durante los nueve meses para evitar la muerte materna.

Ramírez Argüelles dijo que, las parteras se capacitan dos veces al año en los meses de abril y noviembre, pero en este año se suspendió esta importante actividad a causa del Covid-19. Las autoridades del gobierno de Veracruz consideran el valor de las parteras y apoyan su labor con la coordinación de la atención médica en las instituciones de salud para que cuenten con una verdadera atención digna y segura a las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio.

Por ello, los servicios de salud de Veracruz han destacado la necesidad de proteger y preservar esa práctica ancestral, posibilitar su ejercicio y el acceso a la misma en condiciones pertinentes.

En estos momentos se acabó el problema que enfrentaba antes una partera, el rechazo a esa actividad, con el argumento de que la mejor atención solo la pueden otorgar las instituciones de salud.