Entre los datos que marcaron la historia del Palacio Municipal de Tampico están que en un principio se construiría en el sitio que hoy ocupa la Catedral, es decir, al norte de la plaza principal y el otro es que al concluir el actual edificio, nunca se pudo inaugurar debido a que azotó el huracán de 1933, que inundó la ciudad y terminó siendo utilizado como refugio.
El primer palacio duró casi 100 años
"Al fundarse Santa Anna de Tampico en 1823, se asignaron los predios para la sede del gobierno y la iglesia, pero el 1 de febrero de 1825, el Ayuntamiento acordó cambiar la ubicación de las casas consistoriales al costado oeste de la plaza de la Constitución. Luego de algunas negociaciones con el párroco José Ignacio Echevarría".
Señala el cronista de Tampico, Josué Picazo Baños, quien menciona que la primera construcción del ayuntamiento comenzó en 1827; el encargado de la obra fue el alarife Antonio Jordán y Sedeño. Además de ser la sede del Ayuntamiento, el edificio también albergó la cárcel municipal hasta 1924, cuando comenzó a funcionar el Penal de Andonegui.
Añade que, en 1840, se dotó a las casas consistoriales, de una galería o portal, que fue la característica arquitectónica que más distinguió a este edificio hasta que fue demolido a finales de 1928, par dar paso a la edificación del actual inmueble que se proyectó como uno de los más importantes de la ciudad.
La construcción del actual abarcó varias administraciones
Entre 1925 y 1933, la sede del Palacio Municipal fue el edificio ubicado en la esquina noreste de las calles Carranza y Colón, hoy ocupado por el DIF municipal, que fue inaugurado el 15 de septiembre por el gobernador Emilio Portes Gil, quien llegaría a ser el presidente de la república.
Este nuevo Palacio Municipal fue construido de concreto armado con revestimiento de granito, bajo la corriente monumentalista clásica, tendría un gran patio central y un corredor posterior, pero por falta de presupuesto no se completó como estaba proyectado por el arquitecto Enrique Canseco.
Fue edificado durante las administraciones de Juan J. López, Pedro G. Romero, Segundo Escobar, Jesús Ferral, Julio González, Jesús Aguirre Siller, Carlos Zorilla, Lorenzo de la Garza, José Inés Loredo y José Tarreaga, este último sería el que suspendió la inauguración oficial y ordenó abrir las puertas para operar como albergue a las familias afectadas.
Se convierte en patrimonio arquitectónico
El imponente inmueble tiene en su interior murales, bajo relieves, retratos, esculturas, forjas de metal y una réplica de la campana que tocó el cura Miguel Hidalgo en la iglesia de Dolores, Guanajuato, instalada en 1965 en el principal de los cuatro balcones del recinto, las puertas de hierro actuales son las originales instaladas desde 1933.
El Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y en el Registro Estatal de Patrimonio Histórico Artístico Edificado los registra como pieza fundamental entre los inmuebles catalogados, ha sufrido varios percances como un incendio en lo que fue el Archivo Histórico y el derrumbe de pedazos de su estructura por la calle Emilio Carranza.
Desde el inicio de esta nueva construcción diversas dependencias han estado ahí, como la cárcel municipal, Tránsito, juzgados, el registro nacional de electores, el Departamento de Estadística y Fierros para marcar ganado, la oficina de partes del poder judicial, el Archivo Histórico, talleres de artísticos, el bufete jurídicos de la UAT, entre otras más.
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El palacio municipal de Tampico cambió el rostro de la ciudad al iniciar una era de modernidad que era impulsada por los capitales del petróleo, quedando como uno de los monumentos que esa época que se vivió en la ciudad y que se narra en la arquitectura de este y otros inmuebles que aún cuentan esta historia de auge y esplendor.