En mundo decepcionado existencialemente, que a pesar de los grandes avances tecnológicos se engrandece la difícil situación humanitaria y la crisis testimonial de las personas, el obispo de la Diócesis de Tampico José Armando Álvarez Cano resaltó que su trabajo pastoral estará enfocado a fortalecer la fe y la esperanza.
En su mensaje como nuevo pastor de la Iglesia Católica en el sur de Tamaulipas y frente a una multitud de feligreses, en la Expo Tampico, reconoció que la iglesia no atraviesa un buen momento, lo que pone a prueba la fe y obliga a buscar nuevos caminos para promover la novedad del Evangelio ante los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Con voz pausada y en un escenario dorado, al estilo romano, acompañado de Franco Coppola representante de la Santa Sede, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano Rogelio Cabrera López y 27 obispos más, expresó que ante una sociedad que propaga las malas noticias y que se recrea en ellas como una de sus principales diversiones, el ministerio pastoral está obligado a revertir ese círculo del mal y alentar la paz, la esperanza y la buena nueva.
Así, dijo cumplirá su compromiso de ser enviado como mensajero de Dios y hacer presente la misericordia y florecer la entrega de hermanos laicos, de los sacerdotes y religiosas que dan su vida en la tarea pastoral.
En la larga ceremonia religiosa, el arzobispo de Monterrey le llamó a hacer un buen trabajo para fortalecer la fe entre la comunidad cristiana, pero sobre todo no olvidar a los pobres, pues son ellos los más importantes para la iglesia cristiana.
PROFESIóN DE FE
La llegada del nuevo obispo de Tampico se convirtió en día de celebración para la grey católica y desde las 10 de la mañana fueron cientos los congregados en la Catedral porteña, donde se cumplió el protocolo de recepción del ministro, quien se signó así mismo con agua bendita y roció con ella a los cercanos en memoria del bautismo.
En la sede católica ya lo esperaban los alcaldes de Tampico Jesús Nader Nasrallah; de Madero Adrián Oseguera Kernion y de Altamira Alma Laura Amparán Cruz, además de sus padres Jorge Álvarez y Teresa Cano y ocho de sus diez hermanos.
Fue el nuncio apostólico Franco Coppola quien dio testimonio del acto e hizo la presentación del nuevo obispo, dio paso al juramento de fidelidad y entregó el báculo a monseñor Álvarez, comprometiéndose a cumplir las tareas apostólicas, fomentar la disciplina común a toda la iglesia, cuidar los bienes temporales de la iglesia, a promover las vocaciones sacerdotales y religiosas y a cuidar las obras misionales para la evangelización del pueblo,
En esta ceremonia tocó a monseñor Elías Gómez Martínez, vicario de la sede porteña, ofrecer la bienvenida, recibiéndolo con esperanza y seguros que su liderazgo anuncia alegría y el fortalecimiento de la comunidad católica.
Fue notable, los más de cien devotos oaxaqueños que acompañaron desde Huautla a monseñor Álvarez Cano, dándole así la despedida a quien fue su obispo durante ocho años.