En manos expertas y personas sensibles a los cuidados de especies, se encuentran las dos crías de nutria que fueron rescatadas de las márgenes del río Pánuco, siendo alimentadas, atendidas médicamente y preparadas para su próxima integración al hábitat natural. Pero ahora buscan darles nombre.
Los dos ejemplares de la especie Lontra longicaudis, popularmente conocidos como perros de agua, se recuperan favorablemente, pero ahora el Grupo Cobea -Conservadores de la Biodiversidad y Educadores Ambientales- lanzó la convocatoria para darles identidad.
¡Ayúdanos a ponerle nombre!, pide la agrupación de jóvenes conservadores en su página de Facebook COBEATamaulipas/ quienes han sido los encargados de darles seguimiento a estos animalitos.
“Los dos ejemplares de nutria rescatados en pasados días, se encuentran estables y en excelente estado de salud. Seguimos controlando su dieta y esperando los resultados de laboratorio” dice el mensaje, el que continúa, “Mientras tanto queremos que seas partícipe de su rehabilitación. Puedes ayudarnos eligiendo un nombre para identificarlos, ambos son niños”.
Han mejorado sustancialmente su estado de salud, al ser alimentadas, hidratadas y revisadas periódicamente por veterinarios con la finalidad de fortalecerlas para el regreso a su estado silvestre.
Cobea en coordinación con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Protección Civil y la ciudadanía lograron el aseguramiento de las nutrias en el paso del humo el 27 de marzo y el 15 de abril.
CUIDADOS, PAPILLA Y CARIÑO
Los dos pequeños machos llegaron con un avanzado grado de deshidratación y ambos en estado lactante, según el reporte de la MVZ, Lorena Aguirre.
Con el suministro de papilla y leche la primera está totalmente recuperada, mientras que la segunda empieza a aceptar la fórmula para en un par de días iniciar con proteína para posteriormente enseñarlas a pescar peces y caracoles.
Las primeras muestras de laboratorio revelaron la presencia de parásitos, por lo que la pareja de ejemplares está siendo tratada minuciosamente.
Actualmente se encuentran separadas ya que es necesario que ambas estén desparasitadas para que puedan convivir, lo que ayudará mucho para su rehabilitación juntas, al ser más fácil que no desarrollen un apego con las personas que han estado atendiendo sus cuidados.
UN HÁBITAT EN CONSTRUCCIÓN
Los expertos esperan que las crías tengan un poco más de tamaño, peso y madurez, para iniciar con la construcción de un hábitat que les pueda proporcionar las condiciones para que se enseñen a pescar, nadar y valerse por sí solas.
Se estima que los ejemplares deberán permanecer aproximadamente un año bajo resguardo, que es el tiempo en que en condiciones silvestres su mamá les hubiera enseñado a cazar y ser independiente.
LA AMENAZA
La nutria de río se encuentra clasificada como especie amenazada, de acuerdo con el listado de animales en riesgo de nuestro país de la norma NOM-059-Semarnat-2010.
Esta amenaza se demuestra en la zona sur de Tamaulipas donde los registros de nutrias ha sido cada vez más escasos, al grado de ser considerados por los especialistas, en peligro crítico de extinción en sitio.
A esta no se le ha dado el cuidado debido, aun cuando es considerada emblema del municipio de Tampico y estar en el escudo de la ciudad.
En México, desde el inicio de la década de los sesenta, la explotación de pieles de animales exóticos simbolizó un lujo entre las familias más empoderadas, lo que llevó a números rojos las poblaciones en muchas de las zonas de distribución y orilló a las pocas que quedaban a movilizarse a zonas que conllevaran un riesgo menor para su supervivencia.
En el caso de Tampico, el desarrollo urbano atado, al crecimiento poblacional, generó deforestación de zonas limítrofes a los cauces, asimismo el tráfico de embarcaciones provoca que las poblaciones se alejen y se pierdan las zonas de anidación.
De esta forma la pesca incidental, la contaminación por descarga de aguas residuales y la sequía que provoca un nivel de agua por debajo de la media en nuestras lagunas han sido, en su conjunto, factores clave del desafío que enfrentan estos animales para sobrevivir.
EL FUTURO DE AMBOS
Estos mamíferos, al ser muy pequeños, deberán permanecer bajo resguardo alrededor de doce meses, tiempo en el que se les enseñará a valerse por sí mismos, tal cual lo hubiera hecho su mamá.
Cabe mencionar que, durante cualquier rehabilitación de ejemplares silvestres, los cuidados se deben hacer con la menor interacción con el ser humano para evitar cualquier tipo de vínculo que pudiera afectar a la especie al momento de la liberación.
Se prevé que, llegados a la edad y peso indicado, podrán iniciar una dieta a sólidos, con pequeños peces y algunos crustáceos.
En tanto Grupo Cobea ha iniciado un enlace con el Acuario de Veracruz y Acuario Michin en Jalisco, donde solicita un acuerdo de colaboración para la conservación de estos dos mamíferos, trabajando en conjunto con especialistas sobre adecuaciones su dieta y cuidados específicos que mejor le convengan, a fin de asegurar que una vez aptos, puedan ser reintroducidos al medio silvestre.
Por medio de las redes sociales de COBEA, puedes seguir el avance en cuanto a la rehabilitación de los ejemplares y también apoyar a la causa haciendo donaciones en su cuenta o en especie para cubrir gastos relacionados a la alimentación y construcción de sus terrarios.