Desde hace veinte años Tomás Hernández Catalino llega todoslos días al transitado crucero “Miramar”, en la intersecciónde las avenidas Monterrey y Tamaulipas, donde entre los coches ycon el tradicional grito “El Sol... El Sol”, ofrece estediario.
Es ampliamente conocido en estas vialidades de la zona norte delmunicipio de Ciudad Madero, donde sin duda se ha convertido en unaparte importante de ese sector. El hombre de 47 años de edad esoriginario del poblado Arroyo Seco, municipio de Álamo, en la zonanorte de Veracruz, sitio que dejó ante la falta de oportunidadeslaborales.
Llegó al sur de Tamaulipas en 1997, “trabajé en variasempresas pero el salario no me alcanzaba para sacar adelante a mifamilia, pero pese al esfuerzo seguía sin alcanzarme y vi en laventa de periódico esa posibilidad de mejorar mis ingresos”.
En ese entonces el crucero no contaba con un vendedor deperiódico, por lo que Tomás vio la posibilidad de establecerseahí, “poco a poco fui ganando clientes y amigos que ya meconocen por tanto tiempo aquí”.
Su jornada empieza a las 4 de la mañana que sale de su casa enla colonia Frente Democrático, a la altura del Seguro Social, parallegar a su punto de venta antes que el astro rey se asome.
“Llueva, truene, relampaguee, o haya norte como hoy, hay quevenir a vender; la gente ya está acostumbrada a verme y pasar porsu periódico, eso hace que uno tenga un compromiso con ellos”,dijo el alegre voceador.
Con la venta de periódico ha tenido grandes satisfacciones,pero sin duda la más grande ha sido sacar adelante a su familia yformar a sus hijas, de 21 y 23 años de edad, como profesionistas,“una es contadora y otra enfermera”, dice el hombre, a quien enel rostro se le dibuja una sonrisa de orgullo.
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