Con niveles académicos de excelencia pero en un ambiente familiar de pobreza extrema viven decenas de niños maderenses, quienes corren el riesgo de no continuar sus estudios básicos para el siguiente ciclo escolar.

El director de Bienestar Social, Adrián Cruz Martínez, aseguró que “hay muchos casos de niños con excelente promedio escolar pero que están en condiciones de mucha necesidad”.

De las 2,100 familias detectadas con necesidades alimentarias, por lo menos en 20% tienen menores de buen promedio en edad escolar, lo que representa 420 educandos que enfrentan este riesgo de no reincorporarse a clases por el alto nivel de necesidades en el hogar.

Cruz Martínez aseguró que el Municipio busca los esquemas de apoyo educativo a fin de garantizar que continúen su preparación a través de recursos en becas locales.

Para poder paliar la necesidad alimentaria, el Ayuntamiento gestiona ante la Federación bajar el programa Liconsa, “estamos censando para ver quién será beneficiado, en los últimos 25 días se han contabilizado 600 censados como posibles beneficiados”.

Las familias en pobreza alimentaria sobreviven de empleos temporales e informales, “tratamos de ir apoyándolos con otros apoyos para que no dejen de estudiar”.