¿Te imaginas nacer cerca de Miramar y nunca haberte zambullido en el mar? Para cuatro niños y niñas del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz esa era una realidad, debido a que enfrentan cáncer u otros padecimientos su vida implica vastos cuidados.
Para ellos la mayoría de los paseos son los viajes del hospital a la casa y sus mamás y papás hacen todo para protegerlos hasta del más mínimo resfriado, ya que esto podría ocasionarles complicaciones e incluso postergar alguna de sus operaciones, las cuales juegan un papel muy importante para preservar su salud.
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Es por todo lo anterior que estos pequeños no habían tenido la dicha de conocer la playa, sin embargo, este fin de semana eso cambió.
Son 20 pequeños los que por un día se olvidaron de los hospitales
Julissa Pérez Cobos, presidenta de Corazones Siempre Unidos A.C. explicó que tienen un padrón de 60 niños y niñas, de los que 35 padecen diferentes tipos de cáncer y otras enfermedades consideradas “raras”, por lo que los cuidados se multiplican y en muchas ocasiones sus actividades recreativas se ven disminuidas.
Cáncer de piel, leucemia, cáncer de retina, osteosarcoma, osteogénesis imperfecta, síndrome de Conradi-Hünermann, síndrome de West, síndrome de Pierre Robin y otras afecciones que aparecen en uno de un millón de infantes hacen que su vida sea compleja; pues a corta edad se convierten en “guerreros” cuya lucha es diaria.
De los 20 menores de edad que desde el viernes al domingo disfrutaron de albercadas, cuentacuentos, payasos, botargas y pijamadas en playa Miramar, cuatro nunca habían gozado del mar.
Corazones en el mar: una oportunidad para relajarse, también para mamás
“El hecho de quedarse a dormir en otro lado los tiene muy emocionados, algunos comentaron que qué bueno que no es un hospital”, explicó Pérez Cobos en entrevista para EL SOL DE TAMPICO.
Corazones en el mar es el nombre que recibió la actividad donde los chiquitines gozaron junto a sus seres queridos de un día lejos de médicos y hospitales, “hubo actividades viernes, sábado y domingo; disfrutaron un día alejados de hospitales, las mamis despreocupándose también de las comidas y hubo actividades recreativas”.
A la par se organizó una noche bohemia para las mamás, ya que detalló que en la lucha contra la enfermedad estos pequeños no están solos y tienen como aliadas a las mujeres de su vida, quienes enfrentan otra clase de batallas con tal de garantizarles tratamientos y atención médica.
“Todos ellos requieren desestresarse, además están fascinados porque el 80% no habían tenido oportunidad de visitar alguna alberca”, dijo la presidenta de la organización.
Mónica y Mía compartieron un día en Miramar tras su hospitalización
Ejemplo de lo anterior fue el caso de Mía, que por fin conoció el mar y fue una de las más felices; junto a su mamá Mónica disfrutó de las cálidas aguas del Golfo de México después de permanecer hospitalizada casi un mes en Monterrey.
Ella enfrenta una cardiopatía; aunque la operación fue un éxito, solo es un paliativo y en noviembre será intervenida nuevamente a corazón abierto.
“Nos da mucha paz y alegría, ella anda bien feliz (…) este es un evento de tres días en la playa y estamos muy contentas y agradecidas”, expresó la madre de esta guerrera.
Corazones en el mar fue la serie de actividades que permitió a cuatro pequeños y pequeñas guerreras conocer la playa; así como a otros tantos disfrutar por primera vez de albercas y darse un espacio para gozar de las maravillas naturales que, aunque parecieran estar cerca y al alcance de todos, muchas veces resulta imposible cuando de lo que se carece es de salud. Con información de José Luis Tapia.