Para muchos, la época decembrina representa alegría, convivencia, tiempo para dar y recibir, estar con los seres queridos en un clima de felicidad, pero para otros es motivo de tristeza y depresión.
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En este año, el Covid-19 lo hará particularmente complicado, ya que la soledad, frustración, el aislamiento, el recuerdo de algún familiar cercano fallecido o lejos de casa, entre otras situaciones económicas difíciles harán la Nochebuena muy complicada.
“La Navidad constituye una época del año que, aunque no lo parezca, puede ser fuente de estrés, frustración y melancolía, ya que por todos lados vemos escenas de felicidad, amor y alegría, pero en la vida real esto no es así en algunas familias”, afirmó el psicólogo clínico Alejandro Ramírez Padilla.
El especialista aseguró que en algunos casos los estados depresivos se dan con el inicio del período vacacional, “los niños lo ven con alegría, pero para sus padres es todo lo contrario, se estresan al ocuparse en compras, organizar la cena de Navidad y Año Nuevo, además de sentirse obligados a asistir a eventos sociales con familias y personas con las que incluso no llevan buena relación”.
Al terminar un año y empezar otro tendemos a realizar un balance de los objetivos cumplidos, “muchas veces al ver que no conseguimos lo que nos proponemos causa daños en nuestro estado de ánimo”.
LOS QUE NO ESTARÁN EN LA MESA
En este 2020 muchos hogares del mundo tienen la ausencia de alguno de sus integrantes, ya sea por estar enfermos, en aislamiento, hospitalizados, trabajando en atenciones médicas o que han fallecido por la pandemia del Covid-19.
“Es normal echar de menos a nuestros seres queridos que han partido de este mundo, ya sea a consecuencia de la pandemia o por otro motivo de duelo y más aún si son nuestros padres, hijos o algún hermano”, refirió.
Todos estos motivos crean un estado de depresión en algunas personas, mismas que deben de ser tratadas a tiempo con especialistas, ya que se eleva el riesgo de atentar contra su vida.
Los cuadros depresivos incrementan notoriamente en vísperas de Navidad, al estar por terminar un año difícil para el mundo y comenzar otro que se vislumbra incierto.
OTROS FACTORES
Justo en invierno, cuando se celebra Navidad y Año Nuevo, es cuando tenemos menos horas de luz con las noches más largas, eso unido al clima frío hace que busquemos encerrarnos en nosotros mismos y sentirnos tristes.
“Está demostrado que durante los meses de menos luz, las dolencias relacionadas con el estado de ánimo se intensifican, debido a noches más largas y días más cortos”, apuntó el médico Ramírez.
En Navidad y Año Nuevo pareciera que estamos obligados a sentirnos felices, y para los que sienten alguna melancolía esa obligación se convierte en frustración y se genera el efecto contrario.
“Intentemos mantenernos con la mejor actitud posible en estas fechas decembrinas, ya que lo más preciado es la vida misma que en sí ya es un gran regalo de nuestro Creador y disfrutemos de una sana convivencia en estas fiestas, tomando conciencia de preservar todas las medidas sanitarias, recuerda: si te cuidas, nos cuidamos todos”, remató el psicólogo clínico Alejandro Ramírez.