Nacidos para ser bomberos

Han quedado atrás los pasos apresurados propios de la juventudy del trajín de ser bomberos hace más de sesenta años, hoyavanzan  lento, algunos apoyados en bastón, pero con ladeterminación propia que da el espíritu de los guerreros.

La fortaleza del alma se impone a la debilidad del cuerpo yaseguran estar prestos a servir a los Cuerpos de Bomberos deTamaulipas y México el día que sean requeridos al activarse laalarma.

Ya no pueden descender por el tubo que lleva del dormitorio alaparcamiento de motobombas, soportar la voracidad y temperaturasdel fuego, pero sin duda cuentan con la voluntad y sapiencia prestapara servir.

Son cinco mosqueteros de la zona sur de Tamaulipas que se hanagrupado a la Asociación Mexicana de Bomberos en Retiro, fundadaen la Ciudad de México, desde donde luchas para que las nuevasgeneraciones tengan mejor equipo, prestaciones, salario y seguro devida, aunque constantemente se topan con la negativa de losgobiernos que escatiman en gastos para estos héroes.

◼EXPERIENCIACOMPROBADA.

A sus 85 años de edad, Ricardo Navarro Martínez es aúnconsiderado el comandante del grupo de voluntarios en retiro, quiendesde los años mozos de la juventud se inició en esta noblelabor.

"A mis 17 años comencé en el Cuerpo de Bomberos de Tampico",recuerda el hombre que luce con aplomo el uniforme de bombero convarias insignias distintivas.

Ha servido en Tamaulipas pero también en zonas del Estado deMéxico como Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla, Cuautitlán y elmes entrante será nombrado asesor en siniestros y desastre.

Sus manos han colaborado para sofocar grandes desastres como elincendio de San Juanico en 1984, así como  el temblor del añosiguiente, en 1985, que desplomó gran parte de la capitalmexicana.

"Hemos vivido con el temor ajeno, hemos salvado mucha gente y aotras no, sólo hemos logrado sacar sus cuerpos", dice el hombre,quien asegura que sigue al servicio de la ciudadanía.

[caption id="attachment_685673" align="alignnone" width="400"]Ricardo Navarro Martínez[/caption]

◼FAMILIA DEBOMBEROS

Otra de las historias de estos hombres es la de Juan SánchezRodríguez, quien viene de una familia de bomberos de esta zona surde Tamaulipas.

A los 16 años decidió sumarse al cuartel maderense inspiradopor su padre y su hermano, que ya era “tragahumo”, y a quienesrecuerda con nostalgia y respeto.

"Llevo en la sangre el amor por ser bombero y esta labor me hadejado grandes satisfacciones que no cambiaría absolutamente pornada", mencionó el voluntario.

En la breve charla mencionó que en aquellas épocas de losaños 60's las necesidades eran muchas "las mangueras lasamarrábamos con hules o tela para que no tiraran agua y el camiónlo teníamos que empujar".

Pero con todas esas limitantes, no distantes a las de hoy,enfrentaron grandes incendios en la Refinería Madero y otros másen diversos puntos de la ciudad.

[caption id="attachment_685672" align="alignnone" width="400"]Juan Sánchez Rodríguez[/caption]

◼A MEDIA CUADRA DELCUARTEL

Para Roberto Razón Delgadillo el gusto llegó por vivir a mediacuadra del cuartel en la zona centro de Ciudad Madero, ya queconstantemente era despertado por el característico ulular de lassirenas de las unidades que iban a un incendio.

"Empecé a los 17 años, pero antes estuve mucho tiempoesperando que me dieran oportunidad, me decían que era muy joven,me nacía verdaderamente servir", dijo.

Aún recuerda ese primer día en que subió a la motobomba, laque abriéndose paso en la Ciudad Madero de hace seis décadas sedirigía a sofocar un incendio, "quedó marcado en mi vida",refiere orgulloso.

[caption id="attachment_685674" align="alignnone" width="400"]Roberto Razón Delgadillo[/caption]

◼LLEGADOS CON ELCICLÓN.

Luis Ham Pérez y José Raúl Hernández Guerrero comenzaron lalabor de bomberos justamente en 1955, con las necesidades de apoyoy ayuda surgidas con el huracán “Hilda”.

Ambos contando con 17 y 18 años, respectivamente, coinciden enque poder rescatar a personas a punto de ahogarse al serarrastradas por el río Pánuco fue de las más grandessatisfacciones.

Pero los ojos se les humedecen al llegar a su mente la imagen delos cadáveres apilados, producto de ese desastre que marcó anuestra zona sur de Tamaulipas.

"Lo más doloroso fue recoger los cuerpos de los fallecidos",dice Ham, quien sin duda es uno de los más experimentados bomberosen retiro.

Hoy asistieron a la Misa de Acción de Gracias por el Día delBombero en Ciudad Madero, donde se sumaron a sus hermanos enactivo, para elevar una oración al Creador y pedir protección alcombatir un incendio, atrapar un enorme cocodrilo o atacar unenfurecido enjambre de abejas, ya que la labor de los actuales seha diversificado.

Estos hombres hablan fluido de su experiencia, que la refrescancada día al sentirse aún bomberos en activo, y añoran esasépocas en que podían salir corriendo, subir al carro rojo e ir enapoyo de sus semejantes.

Jose Raúl Hernández Guerrero

Luis Ham Pérez

Luis Ham Pérez en su juventud.