Nacidos en pandemia, los niños cuarentenial

La gente que les rodea les habla con los ojos ya que un cubrebocas oculta parte de su rostro

Mariela Macay | El Sol de Tampico

  · viernes 30 de abril de 2021

Cuando Emi sale de casa suele usar cubrebocas, sin embargo, lo que él más disfruta es estar en la escuelita. | Cortesía Elena Fraustro

Axelito y Emi nacieron cuando la pandemia del coronavirus estaba por impactar en México; un año después, son niños sanos y felices aunque casi nunca salen de casa, sus familiares no los conocen y no aman usar zapatos.

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Así son los bebés ‘cuarentenials’ que nacieron cuando el mundo colapsaba por la proliferación del coronavirus al mismo tiempo que aprendía a vivir mediante la aplicación de una larga listas de restricciones sanitarias que incluían, principalmente, el distanciamiento social, el confinamiento, así como el uso de cubrebocas y caretas.

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A EMILIO NO LE GUSTA VIAJAR EN AUTOS

Emi nació el 20 de febrero del 2020, siete días antes de que se confirmara el primer caso de coronavirus en México, en el hospital aún no se aplicaban los protocolos sanitarios, así que el pequeño y su mamá pudieron recibir visita de amigos y familiares, que irónicamente se convirtieron en las únicas.

Elena Fraustro, mamá de Emilio, profesionista en el área de la educación infantil, relató a EL SOL DE TAMPICO, cuanto tuvo que adaptarse con su esposo y Regina, su hija mayor, a criar un bebé en pandemia. “Los adultos aprendimos a expresarnos mucho más con los ojos porque traíamos el cubrebocas; el niño se perdía de los gestos que hacemos y los niños también aprenden de ver el movimiento de los labios, de ahí es donde aprenden a balbucear y hacer sus primeros gestos”, apuntó.

“No había necesidad de ponerle zapatos porque estábamos en la casa, porque no salíamos, porque no venía nadie; él se hizo más hábil con los pies, hay veces lo usa como si fueran sus manos. Emilio que no conoce paseos largos en coche, es un llorar, no quiere subirse al carro”, agregó.

Reconoció que al regresar del trabajo había miedo al abrazar al pequeño por temor a los contagios. “Estábamos limitados en los abrazos, en el caso de mi hijo no convive con mi familia, sólo con la familia central, el cuadro chico, digamos”, puntualizó.

Elena, quien es maestra, advirtió sobre el exceso de ofrecer recompensas materiales a los niños por el tiempo que pasan en confinamiento.

“Lo hemos tratado de llenar con comida, con regalos, lo que hacen es ‘mira lo que te traje, tómalo ya está sanitizado’. Los niños que nacieron antes de pandemia, como Regina , reciben ciertas recompensas ‘no pudimos ir a Altama pero te traje un helado’”, indicó.

AXEL Y SU PRIMERA VISITA A UN RESTAURANTE

Axelito nació el 20 de marzo del 2020, cuatro días antes había sido confirmado el primer caso de Covid-19 en Tamaulipas por lo que lo que el ambiente comenzaba a tensarse y algunos de sus familiares por responsabilidad y precaución, optaron por no ir al sanatorio.

Gabriela González, mamá de Axel, experta en comercio exterior, quien tuvo que enfrentarse el reto de equilibrar su trabajo home office, cuidar al recién nacido y a Majo, la hermana mayor, buscó los aspectos positivos de este proceso.

“Algo bueno de esto es que tuve la oportunidad de criarlo todo el año, cosa que con Majito no pude hacer y es que estar el primer año con él es algo que influye mucho. En el caso de Majito, mi niña, ella fue cuidada en la guardería”, narró.

“Axelito, apenas la semana pasada, conoció un restaurante, fuimos a un restaurante de hamburguesas y estaba literal, maravillado, vuelto loco, feliz, emocionado de estar ahí”, sostuvo.

Recordó que ella y su esposo trataron a toda costa de cuidarse para no llevar la enfermedad a casa, así que Axelito solo fue conocido por sus familiares mediante comunicación virtual y su espacio de juegos se limitó a su casa y a la estimulación de sus papás.

“A Majo la conoció toda la familia desde el día que nació y con Axelito no, mis abuelos lo conocieron cuando él tenía casi ocho meses, mi papá ya cumplió el año y no lo puede conocer por las restricciones de viajar a Estados Unidos”, explicó.

Pese a todos estos cambios para la familia, Gabriela destacó que el buen carácter de Axelito le permite disfrutar de conocer a más gente.

“Pensábamos que cuando conociera más personas iba ser un niño que no aceptara que lo cargaran o que llorara y no fue así; Axelito está bien, se ha adaptado súper bien”, añadió.

NIÑOS MAYORES PRESENTAN CUADROS DE ANSIEDAD

Mientras que para los niños que nacieron en pandemia esta es la normalidad, los niños mayores enfrentan un problema mayor, ya que al dejar la escuela y el deporte han presentado cuadros de ansiedad.

“Se quejan de dolor de estómago, de dolor de cabeza, han parado al hospital a hacerles chequeos y no tienen nada; los médicos los llevan a la psicología y aquí te das cuenta de que es ansiedad, que los niños están presentando la sintomatología”, explicó la terapeuta familiar del Centro de Rehabilitación Integral del Sistema DIF de Ciudad Madero, Brenda Rodríguez Zapata.

“Interactuaban mucho socialmente, su ritmo de vida cambió, al estar encerrados tienes tiempo de ocio para que el niño se preocupe, niños que suben de peso por la misma ansiedad, comen mucho”, agregó. Explicó que al no contar con la dinámica física escolar, algunos niños se han hecho adictos al uso el internet en dispositivos electrónicos. “Hay niños casi adictos a las tabletas, se las quitan y se vuelven agresivos, pegan y hasta muerden desde muy chiquitos y por eso vienen a consulta; hay veces que los papás no encuentran forma de controlarlos más que con dispositivos, el niño no conoce otra forma de entretenerse”, concluyó.

La experta precisó que si se tratara de encontrar algo bueno en esta pandemia, es que algunos papás se han dado la oportunidad de interactuar más con sus hijos, lo que les ha permitido detectar algunos problemas de aprendizaje o lenguaje, además de establecer vínculos que antes no existían.

Emi y Axelito, que pertenecen a esta nueva generación, son bebés felices gracias al cuidado y a la atención de sus papás que están conscientes de que el mundo ha cambiado y que pese a todo su formación y felicidad siempre será lo más importante.