El aplomo y coraje de las mujeres de Altamira no se hizo esperar en la Revolución Mexicana, quienes tuvieron un papel preponderante en esta lucha que hoy cumple 111 años de su inicio.
No solamente fueron los hombres los que tomaron las armas y salieron a pelear por sus ideales, sino que las mujeres y los niños hicieron lo propio en este evento que marcó la vida nacional.
LAS ADELITAS DE ALTAMIRA
El investigador José Luis Olvera Tavera indicó que como parte de este escenario de guerra en tierra altamirense surgió un destacado grupo de guerrilleras a las que no les tembló la mano por hacer frente a la situación.
“Como Adela Damiana Guzmán Castellanos viuda de Olvera, Mónica Ramírez Enríquez, Francisca González Castellanos y Josefa García Ahumada, que tuvieron una participación”, dijo.
Ellas, con otro grupo de revolucionarias, se refugiaron en la ribera del río Tamesí para que armadas con rifles evitar el paso de los federales.
Entre las historias que se cuenta de las revolucionarias está la de Valeria Marmolejo Rodríguez, quien aseguran que tumbó a un federal de su caballo con un tronco.
Y también destacó Josefa García Ahumada, considerada como líder revolucionaria en Altamira durante el movimiento revolucionario.
Mientras unas luchaban otras se escondían de los integrantes de los diversos bandos, quienes en diversas ocasiones hacían de las suyas contra ellas.
LOS PEQUEÑOS REVOLUCIONARIOS DE TAMAULIPAS
Los niños tamaulipecos realmente no se quedaron atrás en los días de la revolución, ya que en diversas actividades se sumaron a apoyar a lo que llamaban “la bola”.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
“De acuerdo con el diario de doña Adela Cervantes de Vilchis, se tuvo también la valerosa participación los niños y niñas Sósima, Adrián, Filogonio y Lucindo Olvera Guzmán, María del Refugio Rivas Guzmán, Herminia Patiño Demis, Feliciano Reyes Pérez, Hermelinda Demis Izaguirre, Lorenzo y Lázaro Turrubiates y Sofía Quintanilla González que ayudaban a las tropas en diversas tareas”, dijo el historiador.
