Huyendo de la severa y mortal pobreza que impera en su tierra, decenas de personas procedentes de África han llegado a la fronteriza ciudad de Nuevo Laredo, en Tamaulipas, en busca de solicitar asilo a Estados Unidos.
Sobre los africanos pesa el estigma de ser portadores de diversas enfermedades como VIH-SIDA, males respiratorios de vías bajas, diarrea, malaria, meningitis y tuberculosis, por lo que se mantiene una estricta vigilancia epidemiológica por parte de la Secretaría de Salud de Tamaulipas.
La secretaria de salud, Gloria de Jesús Molina Gamboa, aseguró que “en las últimas fechas la Jurisdicción Sanitaria de Nuevo Laredo reporta la llegada de 130 migrantes de origen africano; la gran mayoría arribó a este municipio desde hace más de un mes”.
Se encuentran distribuidos en cuatro refugios temporales provenientes en un 70% de Congo, 16% de Angola, 7% de Togo y 7% de Camerún; quienes efectuaron una travesia de entre 10 mil y 14 mil kilómetros, atravesando el océano Atlántico hasta su llegada a América.
La presencia de esta población migratoria ha generado situaciones como la ocurrida el pasado 15 de abril, cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Laredo Texas -Customs and Border Protection, CBP- comentó en una publicación la presencia de casos de ébola.
La versión encendió los protocolos de riesgo epidemiológico, pero fue descartado por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Alejandro García Barrientos, quien aseguró que “inmediatamente el Dr. Héctor González, jefe del departamento de salud del condado de Laredo, Texas, así como la Jurisdicción Sanitaria de Nuevo Laredo desmintieron dicha información”.
Diariamente una brigada médica y epidemiológica recorre los refugios temporales para realizar consultas y una estrecha vigilancia a esta población migratoria “a la fecha la población africana no ha presentado enfermedades de interés epidemiológico”, refirió García Barrientos.
Llegados desde las tierras consideradas cuna de la humanidad, entre el océano Atlántico e Índico, el mar Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar, los africanos han arribado a los límites del río Bravo en busca de una mejor vida.
La presencia de esta población flotante se suma a la de guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, hondureños, cubanos, haitianos y venezolanos que guardan en la frontera norte de México, concretamente en Tamaulipas, esperando cruzar la frontera a la Unión Americana.