La del 2024 no es la primera ocasión que el sistema lagunario Champayán se seca, ya que hace aproximadamente 80 años este receptáculo se quedó sin agua, afectando a residentes de Altamira, también por una intensa sequía.
En este año la crisis hídrica fue superada con las lluvias generadas por las tormentas Alberto y Chris, pero queda marcada en la memoria como una adversidad que evidencia la falta de infraestructura hídrica y el nulo cuidado del agua.
Se secó por primera vez en los 40
El fenómeno de hace 80 años se dio en un municipio con poca población y sin industria, ya que toda la actividad comercial, social, turística y pública se desarrollaba en el pujante puerto de Tampico y playa Miramar.
Quedó grabado en la memoria de sus entonces residentes que pasaron a generaciones posteriores, ya que no hubo registro histórico ni mucho menos fotografías.
Doña María Isabel Aparicio Saucedo, quien cuenta con 101 años de vida, es parte de quienes pasaron este conocimiento al historiador Adrián Olvera Tavera.
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“Nos ha comentando que allá por el año de 1940 la laguna se secó por completo, se quedó sin agua, así como lo que vivimos en este 2024, entonces no es la primera ocasión que nos ha tocado un fenómeno como el vivido este año”, dijo.
María Isabel nació en 1923 y cuando tenía 26 años de edad fue la primera reina de las festividades de la fundación de Altamira, el 2 de Mayo de 1949, justo en la celebración de los 200 años de este hecho.
Atravesaban la laguna caminando
Otro testigo de ese acontecimiento que actualmente vive en el sector de Batería 7 en Altamira es Enedina López Gonzalez, de 94 años, quien entonces vivía con sus papás y hermanos en el ejido “El Repecho”, a un lado de las vías del ferrocarril, a un costado de la laguna Champayán.
“Yo tenía más o menos 10 años cuando se secó la laguna, se formaron unas grandes rendijotas bien anchas dentro de la laguna que no tenía nada de agua, ibamos a pie desde 'El Repecho' hasta el río Tamesí, te encontrabas en el camino con quelites y la gente de Altamira iba a bañarse hasta el río, allá sí había agua”, recordó la mujer nacida el 14 de mayo de 1930.
Doña Enedina, quien cuenta con una memoria envidiable, señaló que junto con sus papás y hermanos tuvieron que enfrentar esa gran sequía.
“Nos íbamos a pie dentro de la laguna Champayán para llegar hasta el río, se secó completamente la laguna, pasábamos por el estero del Cascajo, la Aguadilla, recuerdo que mí papá había sembrado maíz, repollo y otros cultivos ahí en 'El Repecho' y todo se perdió por falta de la lluvia”, agregó.
Para esta habitante oriunda de "El Repecho" y 100% altamirense, esto pudiera tratarse de un ciclo que le antecede varios años sin llover y debería quedar como antecedente para que autoridades y nuevas generaciones prevengan futuras crisis hídricas.
A ella le ha tocado ver dos veces que se seque la laguna por completo, incluso recordó que en esa época que se secó el vaso de captación hubo personas que hasta le compusieron un corrido en la que recordó uno de los versos: “Laguna de Champayán, que transito diariamente, donde esperamos la bendición de Dios quiza se venga el agua, cuando el cerro del Bernal reverdezca”.
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Incluso algunos residentes de esta zona han comentado que antes de que la laguna comenzara a llenarse de nuevo escucharon un fuerte zumbido en el medio ambiente que nunca supieron de qué se trataba.
Irma y Ángel recuerdan que su abuelo, Don Francisco López González, quien vivía en "El Repecho", les dijo que antes de que se llenara la laguna con una fuerte lluvia que duró muchas horas, se escuchó un fuerte zumbido y posteriormente empezó a llover, era de noche, dando por terminada la sequía.
La crisis del 2024
La laguna Champayán empezó a quedar sin agua a finales del mes de mayo del 2024, a pesar de los trabajos de desazolve que se hicieron en su momento con una draga por parte del Gobierno Municipal.
El 21 de mayo se ordenó suspender el abasto a la industria y posteriormente tandear a los sectores urbanos.
El domingo 28 de mayo el vaso lacustre se secó completamente, sólo había lodo, generando gran desconcierto y temor de los habitantes de Altamira y la zona sur que jamás imaginaron que esto lo llegarían a vivir.
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Posteriormente, el 31 de mayo, con dos potentes bombas de 700 litros por segundo de la marca Thompson y con un valor de 14 millones de pesos, comenzaron a trasvasar agua del río Tamesí a la laguna Champayán, suministrando a las plantas de bombeo Hidalgo y Dima, lo que permitió seguir surtiendo agua parcialmente a 109 mil usuarios durante la mitad del mes de junio.
Fue hasta la penúltima semana de junio que se registraron las lluvias más importantes de los últimos años, generadas por la tormenta tropical Alberto en la sierra Madre Oriental, lo que poco a poco rellenó la laguna altamirense con escurrimiento del río Guayalejo que a su vez alimenta al Tamesí volviendo a regresar, por segunda ocasión, la vida a la laguna Champayán.
