Sabino dejó hace más de 50 años su natal San Luis Potosí en búsqueda de un mejor futuro, lo que jamás imaginó es que ese buen destino lo encontraría vendiendo periódico en el corazón de Ciudad Madero.
“A mí no me da vergüenza decir que llegué con dos mudas de ropa y un par de huaraches, a lo mejor no hice gran cosa, pero sí tienen un modo honesto de vivir mis hijos. Ellos son gente de bien, no fuman, no beben, todos trabajan, gracias a Dios salimos adelante”, relató el voceador, cuyo puesto de periódicos se ubica, desde hace 35 años, frente a la plaza Isauro Alfaro.
TESTIGO DE LA HISTORIA
Sabino Hernández Vidaña, originario de Aztla de Terrazas, San Luis Potosí y quien tiene 50 años laborando como voceador, dijo que el periódico llegó a su vida por casualidad, pues a su llegada al sur de Tamaulipas trabajó como obrero en la refinería Francisco I. Madero.
“Empecé en la refinería, pero ahí era muy pesado, entonces busqué trabajo con el señor Esteban Zamora, él instaló un puesto afuera del restaurante ‘Mi Ranchito’. Conocí el Madero antiguo, aquí tengo como 34, 35 años, esto era un cascarón que con el tiempo se ha hecho con comercios”, detalló.
Instalado prácticamente a las puertas del edificio del Sindicato Petrolero de la Sección 1, el hombre de 67 años de edad ha visto y vendido por medio del periódico la historia de la región; recuerda el antiguo zoológico de Ciudad Madero, los accidentes de la refinería y el revuelo por la aprehensión de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”.
“Yo pienso seguir porque aquí están mis pulmones, mi hígado, aquí está todo; he estado enfermo, me retiré un mes por enfermedad, en 50 años me retiré un mes. No soy de casa, yo soy de calle, de trabajo”, enfatizó.
SIEMPRE SALE “EL SOL”
Sabino es optimista, hace unos 6 meses falleció Yolanda, su esposa, y él no desea pasar todo el día en casa, quiere seguir trabajando, quiere seguir vendiendo “EL SOL”.
"EL SOL DE TAMPICO es el que más se ha vendido, como yo le digo a la gente para desgracia nuestra, cuando hay desgracias es cuando más se vende" y EL SOL es el que se sigue moviendo.
Afirmó que los voceadores son quienes miden el termómetro de la venta del periódico, de la noticia que está de moda, de la nueva forma de la publicidad.
“Uno es un catalizador entre los clientes y el vendedor, aquí uno ve lo que le gusta a la gente, lo que quiere saber”, destacó.
EL PERIÓDICO NO PUEDE DESAPARECER
Desde su negocio, que además combinó toda su vida con la jardinería, Sabino se resiste a que los periódicos impresos desaparezcan con el paso de la información digital.
“Los que nos quedamos a vender esto somos como sobrevivientes de una guerra, una guerra muy difícil, estamos enfrentando una crisis muy difícil de superar, pero yo espero que vengan tiempos mejores”, señaló.
Dijo que es necesario involucrar a los niños y los jóvenes en la tradición de comprar el periódico.
“Hay que encontrar lo que les gusta a los jóvenes para que volteen. La gente buscaba la caricatura, el suplemento dominical”, afirmó.
En esta guerra que a veces es la vida, Sabino y sus compañeros voceadores se han convertido en sobrevivientes testigos y protagonistas de la historia.