Fue la zona más alegre en su momento, con música en vivo, tardes de compras y de convivir con la familia. Al ser un concepto nuevo en la ciudad, hace más 40 años, Plaza Palmas fue un punto de reunión obligado para paseantes de todas las edades.

Sin embargo, con el paso del tiempo el encanto que causó fue poco a poco apagándose y con ello algunos de sus secretos empezaron a develarse.

➡️También te puede interesar: La operación espía nazi en Tampico, a 81 años de la Segunda Guerra Mundial [Video]

Leyenda de Plaza Palmas: La niña que no llegó a divertirse

Durante su construcción se habla de que un albañil murió, comenta José Cruz, velador entrevistado en 2022 que desde el inicio de este centro comercial labora en el lugar.

Además, de que recién abrió la plaza comercial, un velador fue muerto en un asalto, así como también por aquellos años se decía que una niña, que venía a divertirse con su familia a la Plaza, había sido atropellada en las calles de la colonia Petrolera.

Mientras la plaza estaba abierta todo era alegría y diversión, añade, pero cuando todos ya se habían ido y se tenía que hacer la labor de la limpieza todo cambiaba, de los siete veladores que trabajamos en este centro comercial, solo dos lo hacíamos de noche y no por que quisiéramos, sino porque nadie más lo hacía, pues dicen que hay algo especial en los andadores cuando pasa la medianoche.

➡️También te puede interesar: Historia de los primeros hospitales de Ciudad Madero: se conectaban por túneles [Fotos]

"La primera vez que vi a la niña, yo podaba el césped en una de las plazas interiores, ella se cruzó por la calle Agua Dulce y se metió por el estacionamiento y creí que estaba perdida porque iba sola y parecía una menor de ocho o siete años, con un vestido largo y el pelo suelto.

➡️También te puede interesar: Leyendas urbanas en México: la noche que el diablo salió a bailar en Tampico

Al verla me fui por un andador para alcanzarla y preguntarle a dónde iba, pero al dar la vuelta para encontrarla ya no estaba", cuenta el Velador.

La niña, dicen, es la menor que con toda ilusión iba a divertirse, pero no llegó al ser arrollada por un carro; ahora algunas noches cruza la avenida y entra a Plaza Palmas donde se pierde entre las plazoletas, comenta don José Cruz.

Dice que no solo él la ha visto, sino que su compañero, que también ha tratado de seguirla, pero no ha podido, "ahora solo dejamos que camine por la plaza y se divierta, como ella quería, ya no la perseguimos ni tratamos de molestarla", agrega el velador.

Leyenda de Plaza Palmas: un extraño silbido quita la calma

Dice don José que otra manifestación que se registra entre las plazoletas es un silbido de alerta, que se escucha igual al que teníamos los veladores para avisarnos sobre personas extrañas en la plaza.

Creemos que es el velador que mataron cuando asaltaron un comercio, dicen que fue lo último que pudo hacer dar el sonido de alerta, pero cuando llegaron los compañeros solo estaba él tirado con un balazo y ya no pudieron hacer nada para salvarlo", narra José Cruz.

Ahora cuando se oye el silbido, saben que es posiblemente el trabajador que murió en cumplimiento de su deber, porque los veladores ya no utilizan nada para hablarse entre sí, ya que solo quedan nada más dos veladores y cada quien está en un lado de la plaza cuidando.

Ahora cuando se oye el extraño silbido, los dos veladores se buscan y se reúnen en una de las plazas para hacerse compañía, pues les recuerda la suerte que pueden correr al cuidar este lugar.

Leyendas de Plaza Palmas: "El fumador" que nadie se atreve a seguir

Sobre la aparición del albañil, dice, que cuentan que durante el tiempo que duraron las salas de cine en Plazas Palmas, se le podía ver sentado en el interior, como si viera la función y después salir a medianoche a caminar, pues era muy aficionado a las películas y estaban precisamente construyendo esta parte cuando pasó el accidente donde perdió la vida.

A esta manifestación los veladores la conocen como “El Fumador", pues dicen que se asemeja a una persona que estuviera fumando mientras camina, comentando don José Cruz qué el a la distancia la ha visto.

Sin embargo, nunca se atrevido a seguirlo o tratar de encontrarlo pues siente que tiene una presencia muy fuerte que en una ocasión lo hizo marearse y caer, quedándose en el suelo un tiempo mientras pasaba el efecto del malestar.

➡️También te puede interesar: ¿Te acuerdas de la cafetería de Woolworth? Un vistazo a la década de los 80 en Tampico [Video]

Sigue nuestro canal de EL SOL DE TAMPICO: las mejores noticias en WhatsApp

José Cruz, en 2022 tenía 65 años de edad y había trabajado cuidando Plaza Palmas durante los más 40 años que tienen de construido este centro comercial, que pasó de ser el punto más atractivo de la ciudad al más tétrico.

Esto, debido al abandono en el que se encuentra y donde ahora solamente cruzan sus andadores y plazoletas los recuerdos y las añoranzas, acompañadas de algunos seres que no olvidan los días en que disfrutaban pasear por emblemático centro comercial.